Bangkok - El primer ministro Prayut Chan-o-cha se ha reunido con unos 40 directores generales de importantes empresas y negocios tailandeses para discutir las graves consecuencias sociales de la pandemia y su impacto económico en Tailandia. Los empresarios han pedido una ayuda económica más generosa y un plan claro para la vacunación de Covid-19, ya que el objetivo de suministro de vacunas del gobierno ha fracasado. Después de haber gestionado bien la pandemia del Covid-19 en un primer momento, el reino asiático se encuentra ahora en dificultades, mientras que la crisis de la pandemia ha inyectado nueva energía al movimiento de protesta que lleva siendo noticia en Tailandia desde hace más de un año: las cifras oficiales hasta el 22 de julio, muestran que el número de casos confirmados supera los 450.000, con 3.697 víctimas, 87 más que el día anterior: una curva ascendente entre enero y marzo, con un repunte en abril en términos de contagios y víctimas.
La crisis provocada por la pandemia, las restricciones y los efectos sobre las capas más pobres de la población han impulsado al movimiento estudiantil a volver a las calles, y el pasado domingo, 18 de julio, la última manifestación estudiantil contra el gobierno terminó con incidentes violentos, heridos y detenciones. En las últimas semanas, varios grupos, entre los que se encuentran algunos antiguos aliados políticos del primer ministro Prayuth, han organizado protestas callejeras en las que critican al gobierno por su incapacidad para hacer frente a la rápida expansión del virus en todo el cuadrante del sudeste asiático. Además, la muerte de varios ciudadanos en las calles de Bangkok ha generado nuevas acusaciones contra el ejecutivo.
La manifestación del 18 de julio de unos mil estudiantes del grupo estudiantil “Free Youth”, que en el pasado ha llevado a decenas de miles de manifestantes a las calles, fue recibida por una fila de unos 1.500 policías antidisturbios, escoltados por camiones equipados con cañones de agua. La policía utilizó cañones de agua, gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes cuando empezaron a marchar hacia el despacho del primer ministro Prayut, concretamente para exigir su dimisión, debido a la mala gestión de la pandemia y a la crisis provocada por el impacto del virus en la economía. Algunos manifestantes atacaron a la policía y ocho agentes resultaron heridos durante los enfrentamientos, mientras que más de una docena de jóvenes fueron detenidos.
El movimiento “Free Youth” lleva activo casi dos años, pero en el último año ha engrosado sus filas para incluir a ciudadanos de a pie -no sólo estudiantes- e incluso a algunos monjes budistas. Las principales reivindicaciones del movimiento son: la dimisión del gobierno de Prayut; una modificación de la Constitución para hacerla más democrática; y una mayor transparencia sobre las actividades políticas y económicas de la familia real. Las restricciones de Covid han ayudado al gobierno a evitar las concentraciones masivas en las calles durante meses, pero en las últimas semanas el aumento de casos y víctimas ha hecho que la gente vuelva a las calles de Bangkok.
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