Kinshasa - Al menos veinte muertos son las víctimas de la masacre llevada a cabo en el territorio de Beni, en Kivu del Norte, al este de la República Democrática del Congo, a finales de diciembre, durante la visita a la diócesis de Butembo-Beni, de Su Eminencia, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu Arzobispo Metropolitano de Kinshasa.
El cardenal viajó a la región el 27 de diciembre para alentar a la población agotada por los continuos ataques atribuidos a un grupo armado de origen ugandés, el ADF, que ha esta instalado en esta área de la RDC desde hace veinte años.
En su discurso público en May-Moya, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu instó a los habitantes a colaborar con el ejército, la policía y la Misión de la ONU en la RDC para detener las masacres y reiteró que la Iglesia continuará rezando sin cesar para que el Señor ponga fin a esta tragedia.
Durante la visita del Cardenal, desafortunadamente varias aldeas de la zona fueron atacadas. El episodio más grave se proujo el domingo 29 de diciembre, cuando la guerrilla atacó la aldea de Apetina-Sana durante la noche, matando al menos a 18 personas, incluidas 2 mujeres. Según una ONG local , con esta última masacre, 242 civiles han sido asesinados en el territorio de Beni desde el 30 de octubre.
Aunque estas masacres se atribuyen al ADF, parecen formar parte de un plan de despoblación del área que cuenta con la complicidad de actores insospechados. Asñi se afirma en una nota del 19 de diciembre titulada "Alerta: riesgo inminente de una balcanización del este de la RD del Congo", de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz de Butembo-Beni. La Comisión denuncia la existencia de un proyecto mafioso destinado a desarrollar estrategias para vender el este del país a poblaciones que no son originarias del lugar.
Con respecto a la situación de Beni, la Comisión de Justicia y Paz sostiene que las oleadas de migraciones de poblaciones del pequeño norte hacia el gran norte de la provincia, con el pretexto de buscar tierras cultivables, a menudo coinciden con el aumento de las masacres y, por lo tanto, se va vislumbrando un programa preciso de ocupación de las tierras por un grupo no nativo del lugar. La Comisión denuncia las complicidades internas del ejército congoleño y de la clase política y las complicidades externas de los países vecinos de la RDC
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