Ciudad del Vaticano – El domingo 26 de enero se celebrará en todo el mundo el primer “Domingo de la Palabra de Dios”, instituido por el Papa Francisco con la Carta apostólica “Aperuit Illis”, para que “nunca falte en la vida de nuestro pueblo esta relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa” . El Papa subraya que “la Biblia no puede ser sólo patrimonio de algunos, y mucho menos una colección de libros para unos pocos privilegiados. Pertenece, en primer lugar, al pueblo convocado para escucharla y reconocerse en esa Palabra” . Desde esta perspectiva, muchos misioneros han dedicado una parte sustancial de su compromiso por la evangelización a la traducción de las Escrituras a las lenguas locales, para alentar el crecimiento y la formación de comunidades cristianas. A continuación citamos solo algunos ejemplos.
El Beato p. Gabriele Maria Allegra , misionero franciscano, OFM, conocido por haber realizado la primera traducción de la Sagrada Escritura al chino. Fue enviado en una misión a China, y después de estudiar el idioma, en 1935 comenzó la traducción del Antiguo Testamento del arameo, terminando en 1944. Desafortunadamente, perdió más de la mitad del texto que había traducido durante la guerra, por lo que llamó a varios hermanos de comunidad chinos a ayudarlo. En 1945 fundó el Studium Biblicum Franciscanum en Pekín, que fue transferido a Hong Kong en 1948. Después de completar la traducción del Antiguo Testamento en 1952, viajó a Tierra Santa para un período de formación. Al regresar a Hong Kong en 1955, comenzó a traducir el Nuevo Testamento del griego. En 1968, el Studium Biblicum Franciscanum publicó la Biblia en chino por primera vez en la historia .
El 21 de diciembre de 2019 se publicó oficialmente el "Baibil Khumur", la Santa Biblia en lengua Tiwa. La comunidad Tiwa o Lalung es una tribu indígena que vive principalmente en los estados indios de Assam y Meghalaya, en el noreste de India, y también en algunas partes de Arunachal Pradesh y de Manipur. La obra de traducción fue dirigida y coordinada por el salesiano p. UV Jose, quien trabajó en él durante más de cinco años llegando a dedicar hasta 14 horas al día a esta misión. Antes de él, otro salesiano, el p. Michael Balawan, había traducido el Nuevo Testamento al Tiwa, además de escribir un diccionario Tiwa-Inglés-Khasi y editar varios libros sobre temas religiosos.
Los padres Piergiorgio Cappelletti y Mario Frigerio, misioneros de PIME, que viven y trabajan en Camerún desde hace medio siglo, han dedicado una parte importante de su compromiso misionero a la traducción de la Palabra de Dios al idioma de los Tupuri. Tradujeron el Leccionario dominical y el Nuevo Testamento, y colaboraron en la traducción del Antiguo Testamento. También en Camerún, el padre Giuseppe Parietti tradujo los libros deuterocanónicos y el leccionario festivo a Fulfuldé, mientras que el padre Antonio Michelan tradujo la Biblia y el leccionario dominical al Guiziga. La traducción de los textos litúrgicos al idioma del grupo étnico santal se debe al padre Carlo Calanchi, un misionero en Bangladesh. Mientras que el padre Luigi Scantanburlo en Guinea Bissau, trabajó en las traducciones de los textos litúrgicos y del Nuevo Testamento al idioma felupe; los Evangelios en Balanta y al en Criolo los textos litúrgicos, el Nuevo Testamento y toda la Biblia . El padre Giovanni De Franceschi, misionero en Costa de Marfil, tradujo los textos litúrgicos al baulé.
En México, después de 25 años de trabajo, en 2015 se completó la traducción de la Biblia al idioma tzotzil, un idioma que proviene de los Mayas y se habla principalmente en las mesetas de Chiapas, por los pueblos del grupo étnico tzotzil, alrededor de 350,000 personas. El trabajo fue realizado por los sacerdotes misioneros del Sagrado Corazón y Santa Maria di Guadalupe, junto con algunos sacerdotes de la zona y especialmente los catequistas de las parroquias. En Guatemala, la Biblia traducida al k'iche - idioma más popular de entre las 22 lenguas predominantes en el país -, fue publicada en 2011, fruto del trabajo de un grupo coordinado por el sacerdote francés Bernardo Guos e Isabel Sucuquí, de lengua maya, originario de Chiché, El Quiché. La traducción de las Escrituras se realizó desde el idioma original, a través de un proceso de revisión constante por parte de los catequistas k'iché, para llegar al texto final de una Biblia que permite la lectura sin la ayuda de otros idiomas.
En la década de 1960, los Misioneros de la Consolación colaboraron en la traducción realizada por la Iglesia local, en Kenia y Tanzania, de la Biblia en los idiomas Kiswaili, Kimeru, Kikuyo. Giuseppe Frizzi editó la traducción de la Biblia en lengua Xirima del pueblo Macua en Niassa, Mozambique. La traducción fue revisada por el "Centro de Inserção Makhuwa-Xirima", un centro de estudios culturales y artísticos fundado por él en la misión de Maúa, y fue publicada por la Diócesis de Lichinga, tras ser editada por los Misioneros de la Consolación. La publicación de los Evangelios tuvo lugar en 1997 y la Biblia completa en 2000, con motivo del Gran Jubileo del año 2000. P. Frizzi al respecto recuerda una anécdota: “Cuando terminé de traducir la Biblia al Maca-Scirima, vino a verme un cheikh musulmán importante de Maúa llamado Txirani: me preguntó si también podía traducir el Corán. Tuve que rechazar la invitación porque no sé árabe, pero aprecié mucho su petición: porque expresaba su plena confianza en un cristiano y su deseo de hacer que el texto sagrado de los musulmanes esté disponible en el idioma local, un deseo surgido del aprecio por la obra de los cristianos, que traducen la Palabra de Dios a los distintos idiomas del mundo".
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