“Estamos profundamente afectados por lo que ha sucedido. El p. Jeff fue encontrado atado de pies y manos y con una soga alrededor del cuello. Una muerte terrible para alguien que ha dedicado toda su vida a su misión", dice el p. Daniël Coryn, superior provincial de los Misioneros Oblatos de María, desde Blanden en Bélgica. Según Su Exc. Mons. Victor Phalana de Klerksdorp, Obispo de Bodibe, el misionero probablemente murió por un ataque al corazón o por estrangulamiento.
No se excluye que el p. Hollanders sufriese un intento de robo, pero según Mons. Phalana, los ladrones estaban mal informados: “Todos saben que no tenía dinero. Estaba al servicio de una comunidad pobre. Usaba cada centavo que poseía para su gente. Regalaba todo lo que tenía". Según el obispo, la comunidad eclesial ha recibido un duro golpe. El p. Hollanders estaba "lleno de entusiasmo, vida y dedicación" y hablaba con fluidez afrikaans y tswana, un idioma bantú que se habla en Sudáfrica y Botswana. "Formaba parte de la vida de las personas".
El p. Hollanders nació en Bélgica el 4 de marzo de 1937. Hizo sus primeros votos como oblato el 8 de septiembre de 1958 y fue ordenado sacerdote el 26 de diciembre de 1963. Llegó a Sudáfrica el 31 de enero de 1965.
"Durante 55 años ha trabajado como misionero dedicado y fiel en la zona de habla tswana, ahora provincia del noroeste de Sudáfrica", subraya el comunicado. "Le gustaba crear nuevas comunidades cristianas, que se han ido convirtiendo en parroquias o estaciones parroquiales en lo que se ha convertido en la diócesis de Klerksdorp”.
"Como sabemos Jesús murió a manos de otras personas y podemos imaginar que como el Señor, el padre Jef también diría: "Perdónalos, porque no saben lo que hacen", concluye la declaración de la OMISA.
El funeral del p. Hollanders, se celebrará el miércoles 22 de enero, a las 10 de la mañana, en la catedral de Klerksdorp.
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