Kabul - "Deseamos una Cuaresma rica en frutos espirituales. Oremos para que Afganistán pueda recuperar algo de paz y retomar su camino de crecimiento humano, político, social y económico”: así lo ha declarado a la Agencia Fides el P. Giovanni Scalese, sacerdote barnabita, Superior de la Misión sui iuris de Afganistán. Las palabras de esperanza del sacerdote llegan justo el día en que UMANA - la misión de asistencia de las Naciones Unidas de Afganistán- ha publicado su informe anual que reporta cifras impresionantes: sólo en 2017 hubo 10.453 víctimas civiles en el país asiático . La responsabilidad se atribuye principalmente a las acciones terroristas de los talibanes y al ISIS .
El p. Scalese, que vive su misión en la Embajada de Italia en Kabul, ha iniciado la temporada de Cuaresma con la celebración del Miércoles de Ceniza: “Ha habido una presencia discreta de fieles, especialmente teniendo en cuenta el momento”. De hecho, en las últimas semanas, el territorio afgano se ha visto desestabilizado por una serie de ataques: entre otros, el del pasado 20 de enero, cuando cuatro hombres armados, uno de ellos kamikaze, atacaron el hotel Intercontinental en Kabul, causando 43 víctimas.
“En estos días, la situación parece más tranquila. Pero no nos hacemos ilusiones: hemos aprendido que estos períodos de paz aparente pueden servir para preparar el próximo atentado”, ha comentado el Barnabita.
“En los próximos días, una de las hermanas regresará a su país, Pakistán, al finalizar su servicio. La comunidad continúa disminuyendo. Esperamos que pueda llegar algún miembro más. Está claro que los problemas de seguridad han llevado a muchos a abandonar Afganistán. Los pocos que quedan a menudo o no pueden o encuentran grandes dificultades para dirigirse a la iglesia para la misa dominical, ¡pero quienes lo hace demuestran una fe y un coraje admirables!”, ha dicho para concluir el sacerdote.
La presencia católica en la capital, Kabul, se debe además de al sacerdote Barnabita, también a las religiosas de la Madre Teresa de Calcuta y a la Asociación intercongregacional “Pro Bambini di Kabul”.
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