Kinshasa - “Para la Iglesia católica en la República Democrática del Congo, el reto de promover la no violencia activa, el diálogo respetuoso y la coexistencia pacífica se remonta a antes de que el país obtuviera su independencia hasta llegar a nuestros días”, dice su Exc. Mons. Marcel Utembi Tapa, Arzobispo de Kisangani y Presidente de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo en su mensaje, recibido en la Agencia Fides con motivo del Día de Oración por la Paz en el Mundo y en particular en la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, que se celebró ayer, 23 de febrero.
“Nuestro país ha experimentado muchos tipos de violencia a través de guerras convocadas con todo tipo de nombres: guerra de independencia, guerra de liberación, guerra por los recursos naturales, guerra de ocupación, guerras de represalias, etc. Esta situación ha causado muchas víctimas, se calcula que son millones”, recuerda Monseñor Utembi Tapa, subrayando que esta pesada carga representa un gran desafío para la Iglesia. “Frente a este tipo de situación, no es fácil promover la no violencia activa, el diálogo respetuoso; no es fácil esperar vivir en paz. En este contexto es en el que la Iglesia en la República Democrática del Congo intenta cumplir su papel profético por un pueblo que aspira a la justicia, la paz, el bienestar, la reconciliación y el estado de derecho”.
Para llevar a cabo la tarea profética de la Iglesia, la CENCO ha desarrollado una estrategia que incluye un compromiso con la educación para la enseñanza social y la educación cívica de la Iglesia y la promoción del diálogo para superar la crisis política resultante de la imposibilidad de celebrar elecciones políticas y elecciones presidenciales en diciembre de 2016 y con la consiguiente extensión del mandato del presidente Josesph Kabila.
“El primer diálogo se organizó y finalizó con un acuerdo político firmado el 18 de octubre de 2016”, recuerda Mons. Utembi Tapa. Lamentablemente, este acuerdo no salió adelante por falta de inclusividad, ya que algunos actores políticos y sociales no participaron en el diálogo. Por lo tanto, se organizó un segundo diálogo bajo la mediación de la CENCO. El resultado fue el acuerdo político global e inclusivo del Centro Interdiocesano, firmado el 31 de diciembre de 2016”.
Los conflictos en la República Democrática del Congo están estrechamente relacionados con la explotación de sus enormes recursos naturales . Esta es la razón por la que la CENCO, además de la Comisión Episcopal para la Justicia y la Paz , ha establecido una Comisión Episcopal de Recursos Naturales para controlar la explotación de los recursos naturales y monitorear a las empresas que operan en el sector en respeto de los derechos humanos. “Junto con otros organismos de la sociedad civil, la CENCO denuncia la injusticia que impide al pueblo congoleño consolidar su economía”, enfatiza su presidente.
La Iglesia promueve la cultura del perdón y la reconciliación y la no violencia activa. “Las comisiones diocesanas Justicia y Paz, con la participación directa de los pastores, trabajan permanentemente para reconciliar los corazones, las personas y las comunidades en conflicto. El perdón de los criminales de parte de sus víctimas existe y se practica en algunas zonas. Además, la prevención de conflictos entre las comunidades es parte de la formación que se imparte a los jóvenes”, afirma Monseñor Utembi Tapa.
Por último, los obispos apoyan formas de no violencia activa, como las marchas promovidas por los laicos católicos para exigir el pleno cumplimiento de los acuerdos del 31 de diciembre de 2016, que por desgracia han sido reprimidas por la fuerza y con violencia por las autoridades .
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