Ciudad de Panamá - “Urge que quienes ejercen la autoridad escuchen a los ciudadanos, y que no tomen decisiones basadas en intereses personales y político partidistas”. Así lo han expresado los Obispos de Panamá tras finalizar su primera Asamblea Ordinaria Anual, del 5 al 8 de febrero, en la que han reflexionado sobre la realidad eclesial y social del país.
Tras dar la bienvenida oficial al nuevo Nuncio Apostólico en en Panamá, Monseñor Miroslaw Adamczyk, y exhortar al Pueblo de Dios, a sumarse a la Jornada de Oración y Ayuno, convocada por el Papa Francisco para el próximo 23 de febrero, ante las trágicas situaciones de conflictos prolongados en diferentes lugares del mundo, los trabajos de los obispos han abordado el Sínodo de Obispos sobre la Juventud que se celebrará en Roma del 3 al 28 de octubre de 2018, en el que la iglesia panameña estará presente a través de Monseñor Manuel Ochogavía B., Obispo de Colón-Kuna Yala y responsable de los jóvenes y la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en el país en enero de 2019. “Como sede de la JMJ, - afirman los obispos en el comunicado recibido en la Agencia Fides - nuestro reto es salir a las periferias para ir al encuentro de los jóvenes panameños, sin distinción de su credo, etnia, clase social o afiliación política. Queremos llegar especialmente a los que están en las periferias existenciales y geográficas. Esta es la misión de la Pastoral Juvenil, que todos debemos apoyar y fortalecer”.
Luego los obispos han abordado en profundidad la realidad social del país reiterando “la promoción y la defensa de la institución familiar” como misión y preocupación permanente, del episcopado afirmando: “no renunciaremos al derecho de expresar nuestra posición, sobre temas que nos afectan, y lo haremos como siempre en el marco del respeto absoluto a toda persona y de acuerdo a la ley”.
Además poniendo de manifiesto que toda América Latina sufre una gran “decadencia en materia política” viéndose afectada gravemente por la corrupción, han reiterado la urgencia de que “quienes ejercen la autoridad escuchen a los ciudadanos, y que no tomen decisiones basadas en intereses personales y político partidistas”. Además de que se esclarezcan las responsabilidades de los diferentes casos de corrupción, para que “la verdad sobre la inocencia o culpabilidad de los imputados sea conocida” y para lograrlo es necesario que “las audiencias no sean aplazadas con el peligro de que prescriban los casos”. Porque sólo de esta manera se podrá hacer que el país “recupere la confianza y la credibilidad en las instituciones de justicia”.
Luego constatando que la economía de mercado de Panamá, sigue produciendo enormes ganancias para unos pocos mientras aumenta el número de pobres cuya vida se hace cada vez más difícil, los obispos han señalado que para revertir esta injusta realidad, “es necesario un profundo discernimiento del tipo de país que queremos, analizando las causas que producen los males sociales, con capacidad crítica”.“La Iglesia – afirman los obispos en la conclusión del comunicado - puede y debe aportar en la construcción de un mejor país para recuperar el tejido social en el que la persona humana y el bien común sean la preocupación fundamental. Es urgente que los grupos eclesiales asuman el compromiso de ser 'iglesia en salida', para presentar alternativas, desde nuestros principios y valores”.
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