Jerusalén – En el primer mes de 2018 se confirmó un importante aumento del turismo religioso en Israel y en toda Tierra Santa, ya apuntado por el gobierno israelí respecto al año 2017. A principios de febrero, el Christian Information Center difundió los datos, recogidos ampliamente por la prensa israelí, para mostrar que la situación en Medio Oriente no desanima a los cristianos a la hora de emprender su peregrinación a los Santos Lugares. En enero de 2018, el Christian Information Center registró 770 peregrinaciones, con unos 26.000 peregrinos, una cifra mayor que la de enero de 2017 con 529 grupos y la de enero de 2016 con tal solo 30.
El año 2017, -según las cifras proporcionadas por el ministerio de turismo israelí-, llegaron a Israel más de 3.600.000 turistas, una cifra que representa un récord absoluto en los datos turísticos anuales registrados. El 54 por ciento de los turistas que visitaron el país, según cifras oficiales, eran cristianos, mientras que el 21,7 por ciento eran judíos. Por países, la mayoría de los peregrinos son estadounidenses y crece el número de cristianos evangélicos que visitan Jerusalén con motivo de la fiesta judía del Sukkot. El número de turistas procedentes de China ha crecido un 139 por ciento desde 2015.
En diciembre pasado, antes de Navidad , tanto el Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén como el Custodio de Tierra Santa, el padre Francesco Patton, hicieron un llamamiento para tranquilizar a los peregrinos, y convencerlos de no cancelar su visita a los Santos Lugares, tras nuevos enfrentamientos que se produjeron en Jerusalén como consecuencia de la decisión de la administración Trump de reconocer la Ciudad Santa como la capital de Israel, un anuncio que provocó la cancelación de algunas peregrinaciones. “Peregrinar a Tierra Santa es seguro”, dijo entonces el Custodio. El arzobispo Pierbattista Pizzaballa, Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, explicó que “las imágenes vistas en televisión no hablan ni de la verdad, ni de la belleza, ni de la tranquilidad, ni de la serenidad que, en realidad, se respiran en Jerusalén”.
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