Ciudad del Vaticano – “La Iglesia en Asia Central vive una situación especial que, quizás precisamente por su singularidad, puede exigir nuevas formas de misión. El Papa, en la Evangelii Gaudium, habló de “creatividad misionera”: un encuentro digital como éste, que reúne a miembros de la Iglesia de Asia Central, puede ser una herramienta útil para identificar nuevas formas de misión adecuadas a un contexto tan específico”. Así lo ha señalado el arzobispo Giampietro Dal Toso, presidente de las Obras Misionales Pontificias , al concluir el seminario web “La misión de evangelización en Asia Central en tiempos de Evangelii Gaudium. Contexto, dificultades, perspectivas”. El evento ha sido organizado por la Pontificia Unión Misional los días 12 y 13 de octubre, en el marco de las actividades de sensibilización y formación promovidas por las POM .
Durante los dos días de debate e intercambio, se han explorado aspectos y experiencias de las misiones en la región de Asia Central -que incluye Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán- y países vecinos como Mongolia y Afganistán. Los participantes han podido relatar las situaciones y los retos específicos de la Iglesia en las distintas realidades y de debatir sobre cuestiones críticas comunes a los distintos países. Uno de los más importantes es la condición de "pequeño rebaño", o más bien de minoría en contextos de mayoría islámica , la enorme variedad lingüística y la necesidad de penetrar y armonizar el mensaje del Evangelio en las antiguas y arraigadas tradiciones locales. En las distintas intervenciones se ha subrayado la necesidad urgente de abrirse a estas culturas, pero encontrando el equilibrio adecuado para no perder el rumbo.
A este respecto, ha sido significativa la intervención de Mons. Adelio Dell'Oro, obispo de la diócesis de Karaganda, quien ha subrayado: “Tenemos que entender si tenemos una dirección clara para el desarrollo de la Iglesia o si estamos confundidos y seguimos con el inmovilismo pastoral habitual. Cuando la gente de la zona viene a preguntarnos cómo se camina, es necesario guiarles por un rumbo claro, o se sentirán decepcionados”.
Al mismo tiempo, ha recordado Mons. Dell'Oro, “el Papa nos ha dado una gran herramienta, la exhortación apostólica 'Evangelii Gaudium', que marca una dirección para la nueva evangelización indicando la alegría como modo de testimonio”, entrando en la historia y la cultura local y evitando las devociones individuales y sentimentales.
Es una llamada a renovar el anuncio, también a través de proyectos comunes que puedan crear un espacio de encuentro, “haciendo todo lo posible para trabajar como una sola familia y llevar a cabo la misión de la Iglesia”, ha subrayado el P. Tadeusz Nowak OMI, secretario general de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe.
Los frutos de este trabajo, ha concluido el arzobispo Dal Toso, se pueden cosechar con el tiempo: “Llevar el Evangelio a culturas distintas de la nuestra no significa simplemente aprender idiomas o encontrar palabras e imágenes para hacerse entender, sino que significa también esforzarse para que la cultura que recibe el cristianismo pueda acogerlo lentamente y cambiar. Como nos recuerda el papa Francisco, es importante trabajar por un encuentro fecundo entre la fe y la cultura, es decir, entre lo que creemos y la cultura de un pueblo que necesita entrar en el misterio que anunciamos. Nuestra experiencia misionera en estos países nos enseña que se trata de un proceso muy largo que requiere paciencia. Dios nos pide mucho tiempo, pero en su voluntad dará fruto”.
Los católicos son una minoría en los países de Asia Central. De hecho, se trata de una zona geográfica de mayoría musulmana, donde la Iglesia renació tras la caída de la Unión Soviética y el consiguiente fin de la persecución religiosa. Hasta la fecha, hay 70 parroquias en Kazajstán, 5 en Uzbekistán, 3 en Kirguistán, 2 en Tayikistán, mientras que en Turkmenistán los aproximadamente 250 fieles se reúnen en la capilla de la Transfiguración del Señor, en la capital Ashgabat.
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