Sucre – La ministra de la Presidencia del gobierno boliviano, María Nela Prada, ha anunciado que el gobierno ha decidido retirar el proyecto de ley contra la legitimación de ganancias ilícitas, para evitar enfrentamientos entre bolivianos y la desestabilización del país por parte de ciertos grupos que se basan en campañas de desinformación.
El presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Mons. Ricardo Centellas, el arzobispo de Sucre, se ha congratulado de la decisión del gobierno y al mismo tiempo ha pedido que se redoblen los esfuerzos en el camino hacia la paz entre los bolivianos y la solución de los problemas más urgentes. “Cualquier ley que no sea consensuada tiende a generar rechazo y malestar entre la población – ha comentado el Arzobispo en la nota recibida en Fides -. Por eso es importante trabajar en leyes que den prioridad al trabajo, buscando el bienestar de los más necesitados. Si se priorizan las leyes que persiguen o consolidan el daño a otros sectores, se tendrá este tipo de conflictos que sólo aumentan la polarización del país. Ahora debemos trabajar para unificar los sectores y trabajar por la paz en un país en el que la más mínima situación puede desencadenar una espiral de conflicto y violencia. Ahí es donde no queremos llegar”.
Ayer domingo 17 de octubre, abriendo la fase diocesana del proceso Sinodal, Mons. Ricardo Centellas ha subrayado la importancia de caminar juntos, de reflexionar y compartir como vivimos en comunión dentro de nuestra Iglesia y fuera de ella. “El trabajo que nos pide es compartir nuestra experiencia de comunión, de caminar como Iglesia de Vivir como el Señor nos ha mandado, la experiencia de vivir la misión que cada uno tiene en su grupo” ha dicho en la homilía.
Luego ha exhortado a participar ya que: “Nadie puede quedarse callado, porque es un tiempo especial para que nos dejemos llevar por el Espíritu Santo e iluminados por el Espíritu Santo compartamos lo que vivimos como cristianos, con el carisma que tenemos. Pero también veamos los desafíos más urgentes que la Iglesia tiene en este tiempo. Vivimos en pandemia que ha movido muchos criterios personales y mundiales y como Iglesia tenemos que responder a lo que necesita la gente de hoy, nuestros pueblos y sin olvidarnos lo que nos dice Jesús, que nos acerquemos a los más necesitados, a los pobres”.
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