Ciudad Ho Chi Minh – “Incluso en tiempos difíciles, la Iglesia de Vietnam ha incrementado las actividades misioneras y caritativas, como signo de solidaridad con los pobres”. Así se expresaron los obispos de Vietnam reunidos en asamblea en los últimos días, sobre la vitalidad de las comunidades católicas que, a pesar de las dificultades para desarrollar actividades pastorales debido a la pandemia, han experimentado un fuerte impulso misionero en todo el país.
“Todos hemos notado las dificultades y desafíos pastorales de los últimos tiempos, causados por las limitaciones en las actividades comunitarias. Sin embargo, en este período, Dios ha dado a su pueblo en Vietnam oportunidades preciosas para interactuar con sus hermanos y hermanas en diferentes circunstancias, especialmente en el campo de la caridad”. Así, la Conferencia Episcopal de Vietnam ha promovido un programa caritativo especial titulado “Querido Saigón”. El programa comprende el cuidado de los pacientes de Covid en las zonas de confinamiento y en los hospitales de campaña ayudando al personal en primera línea y el reparto de alimentos y medicinas a los más pobres y vulnerables.
Los obispos elogiaron “el testimonio vivo de la caridad del pueblo de Dios” y, como propuesta de fe y evangelización, escribieron una carta pastoral titulada “Vivir la fe durante la pandemia”. En el texto, enviado a la Agencia Fides, se señala que “junto con el sufrimiento físico y psicológico, la pandemia también ha dejado un impacto negativo en la vida de fe”, ya que ha imposibilitado la participación directa de los fieles en las celebraciones litúrgicas. “Desde el punto de vista de la fe, los invitamos a vivir este tiempo especial como un tiempo de Cuaresma, en el que seguir los tres ministerios fundamentales: rezar, ayunar y hacer obras de caridad”, escriben.
Los obispos señalan que “lo primero que hay que hacer es rezar”. “Los miembros de la familia pueden reunirse y celebrar la oración de forma regular como el rezo del Rosario, para que todos puedan estar estrechamente unidos entre sí en el Señor y juntos puedan superar las dificultades del momento presente. Como decía san Pablo, que vuestra esperanza os haga gozosos, que tengáis paciencia en las tribulaciones y que recéis en todo momento”, indica el texto.
Además, ante las restricciones, las penurias económicas y la escasez, “se puede aprovechar la oportunidad para ayunar en comunión con el sufrimiento de Jesús en la Cruz, orando por nuestros hermanos y hermanas que luchan contra una enfermedad”, escriben los prelados.
En cuanto a la caridad, los obispos animan a los jóvenes a “participar activamente en actividades caritativas que ayuden a abrir su corazón a los demás y a vivir como discípulos de Jesús”. Las "buenas obras “realizadas por los creyentes católicos en todo Vietnam durante la pandemia, han dejado una muy buena impresión en la gente y las autoridades”, señala la carta.
Por último, el texto exhorta a los párrocos a ser “verdaderos Pastores que conozcan y se ocupen de las inquietudes, esperanzas, dificultades y pruebas vividas de las personas a ellos confiadas”, para acompañarlas y apoyarlas. También invita a sacerdotes, religiosos y laicos a “vivir la fe y anunciar el Evangelio con entusiasmo y creatividad”.
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