El padre Jean Gaby, Director del Departamento de Movilidad Humana del Arzobispado de Santiago, explica la iniciativa: “Empezamos con el pasaporte, luego pasamos a los trámites de regularización, como huellas dactilares, verificación de antecedentes y cédulas de identidad. Había mucha gente todos los días, lo más importante es que ofrecimos el espacio y pudimos trabajar con los voluntarios para aligerar el trabajo del Consulado”.
El sacerdote haitiano subraya que esta iniciativa es un gran signo de acogida, “porque queremos dar una oportunidad a todos los migrantes y ser de ayuda, ya que vimos a mucha gente esperando en la Embajada de Haití y ese espacio se había quedado pequeño”. Los inmigrantes agradecieron poder hacer los documentos con mayor comodidad y tranquilidad en el recinto parroquial, sin las frecuentes quejas y la impaciencia.
Garly Joseph, Consejero del Servicio Consular de la Embajada de Haití en Chile, agradeció la colaboración con la parroquia latinoamericana, que permitió descongestionar el consulado y aumentar el número de trámites diarios. Gadiano Gabriel, haitiano desde hace cinco años en Chile, formó parte del equipo parroquial de esta iniciativa. “Fue una colaboración muy importante. Ante todas las dificultades que tenemos todos los días para atender a los haitianos, esta ayuda es una bendición, porque hemos podido multiplicar la cantidad de usuarios que necesitan atención para su proceso de regularización. Ha sido realmente muy importante para nosotros porque la ayuda era urgente”, subraya.
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