Tombura-Yambio - En los últimos meses el condado de Tombura ha sido víctima de enfrentamientos violentos entre dos fuerzas rivales que han provocado el desplazamiento masivo de cientos de familias . Casi el 15% de la población local se ha visto inmersa en los graves episodios de violencia que asolan todo el país y, en particular, la diócesis de Tombura-Yambio. “La violencia, los asesinatos, el odio, la desconfianza, los desplazamientos masivos han aumentado progresivamente el nivel de nuestra pobreza hasta llegar al 97%, casi al 100%”, dice en un llamamiento recibido en la Agencia Fides Mons. Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de la diócesis dirigiéndose a los fieles. “Sacerdotes, religiosos, catequistas, seminaristas, personal eclesiástico, provienen de esas comunidades étnicas que ahora habitan nuestra diócesis. ¿Cómo se comportarán o relacionarán en medio de tanta ambigüedad? En este clima de desconfianza, ¿cómo podemos dirigirnos a los miembros de nuestra propia comunidad étnica sin ser sospechosos o, por el contrario, no ser odiados o despertar desconfianza por los miembros de otros grupos étnicos?” El prelado ha redactado una auténtica “Guía” en la que subraya que el amor de Dios no tiene fronteras.
“¡Necesitamos a Dios en nuestras vidas y debemos confiar en Él como sus verdaderos creyentes! Debemos tender puentes entre nuestras comunidades étnicas. Armémonos todos de prudencia” insiste Hiiboro, dirigiéndose a los sacerdotes, religiosos y personal de la diócesis.
En cambio, dirigiéndose a toda la población, el prelado les exhorta a proteger, respetar y ayudar a los sacerdotes y religiosos de todos los peligros y a dirigirse a las autoridades eclesiásticas competentes antes de acusar públicamente a nadie. Asimismo, el obispo anima a los sacerdotes a evitar las ocasiones que puedan alimentar la perplejidad.
“¿Quiénes somos como sursudaneses? Antes, durante y después de nuestra independencia en 2011, nunca hemos debatido abiertamente sobre temas controvertidos. Nunca hemos decidido qué tipo de sociedad queremos. ¡Por eso la sociedad actual está formada por etnias, políticas negativas y otras alianzas falsas o parasitarias! Estamos recogiendo los frutos de todas las cosas terribles que hemos sufrido o dejado sin resolver. A todos los creyentes les pido que protejan nuestra iglesia. El papel de la iglesia en nuestra sociedad es gracia. ¡Les pido que me ayuden a proteger a nuestros sacerdotes, religiosos, catequistas, seminaristas y a todo el personal de la iglesia!”.
“Los sacerdotes y los religiosos no son ángeles, son humanos y vulnerables, cometemos errores. Cualquier tipo de problema debe ser abordado. Tenemos que crear un entorno en el que todo el mundo tenga la libertad de ser lo que quiera, según la ley de su país o lo que exija su conciencia. Lo que une a estas diferentes expresiones de la Iglesia es la misión de la Iglesia y su visión del desarrollo”, concluye el obispo Hiiboro. “La visión de la paz y el desarrollo está arraigada en la dignidad inherente de todas las personas como hechas a imagen y semejanza de Dios, con igual valor. Es una visión de un mundo transformado que refleja el Reino de Dios, donde todas las personas, etnias, comunidades y la tierra pueden florecer y donde todas las personas e instituciones trabajan por el bien común”.
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