Kinshasa - La inseguridad endémica en las provincias del este de la República Democrática del Congo tiene graves consecuencias humanitarias. Sólo en la provincia de Ituri, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas , hay 2,8 millones de personas afectadas por la inseguridad alimentaria aguda y más de 1,7 millones de desplazados internos, de los cuales el 14% vive en campamentos y el 86% se aloja con familias que han aceptado acogerlos.
La razón del elevado número de desplazados es el recrudecimiento de la inseguridad en los territorios de Djugu e Irumu desde mayo. En su informe, la OCHA ha documentado más de 100.000 casos de desnutrición aguda grave en niños menores de cinco años. La OCHA afirma también que al menos 48.000 mujeres embarazadas corren el riesgo de dar a luz mientras huyen, o viven en un campo de refugiados, o están acogidas por otra familia. El documento informa que 28 instalaciones sanitarias han sido destruidas o dañadas y que 265 escuelas han sufrido la misma suerte, afectando a casi 70.000 estudiantes.
La OCHA también ha documentado 13.509 casos de violaciones de los derechos humanos y de violencia sexual.
La Red de Paz para el Congo informa de que mientras dos provincias del este, Ituri y Kivu del Norte, están oficialmente bajo la ley marcial desde el 6 de mayo y una tercera, Kivu del Sur, ha sido sacudida por violentos disturbios. Según los resultados obtenidos, de los 11.905 soldados oficialmente desplegados en Ituri, sólo 8.962 están realmente presentes y comprometidos en las diversas operaciones militares contra los grupos armados. Incluso en Kivu del Norte, de un total oficial de 9.393 soldados, sólo 7.873 están realmente sobre el terreno. En Kivu del Sur, la brecha parece aún mayor: de los 20.717 soldados oficialmente desplegados, sólo se contabilizan 16.717. La diferencia entre el número total de soldados oficialmente desplegados y el número total realmente presente es de 8.463 . Estas diferencias se deben principalmente a la falta de registro de los soldados fallecidos y de los desertores, cuyas nóminas se embolsan algunos oficiales superiores.
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