Colombo - "El pueblo de Sri Lanka necesita una democracia fuerte y estable", dijo a la Agencia Fides el padre Shankar Pereira, sacerdote católico y activista pro derechos humanos a propósito de la crisis política del país. La decisión del presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, de disolver el Parlamento "es un paso serio, ya que la democracia constitucional y liberal es un derecho de los ciudadanos de nuestra nación", señaló.
Sirisena disolvió el Parlamento el 9 de noviembre y convocó elecciones generales para el 5 de enero. El presidente desencadenó una lucha de poder cuando a finales del mes pasado despidió al primer ministro Ranil Wickremesinge y nombró en su lugar al ex líder de la isla, Mahinda Rajapaksa, un candidato derrotado por el propio Sirisena en la votación de 2015. Hoy, 12 de noviembre, las partes que se oponen a Sirisena impugnarán la decisión, que califican de "ilegal e inconstitucional", en un recurso ante el Tribunal Supremo.
"Todos los partidos políticos, grupos de la sociedad civil y ciudadanos deben proteger la Constitución. Si este escenario persiste, socavará la confianza de la gente en las instituciones y en los procesos democráticos y profundizará aún más la crisis política y económica", sostuvo el padre Pereira.
Muchos temen que el regreso de Rajapaksa pueda hacer que descarrile el progreso hacia la reconciliación nacional, iniciado tras la guerra con las minorías étnicas tamiles, que le costó la vida a 40.000 víctimas durante las últimas etapas del conflicto y que tuvo lugar bajo su presidencia. Si bien Rajapaksa le puso fin a la guerra civil en 2009, enfrentó muchas críticas debido a los medios que usó para obtener la victoria: se cree que miles de civiles tamiles fueron asesinados por las fuerzas gubernamentales en los últimos meses de combate. Durante los 26 años de conflicto, un total de entre 80.000 y 100.000 personas murieron, mientras que ambas partes están acusadas de cometer crímenes de guerra.
"Todos nosotros, como ciudadanos responsables del país, debemos esforzarnos por apoyar la Constitución y respetar las instituciones democráticas", dijo Fernando Asheni a Fides, maestro de una escuela católica. "Nosotros, la gente común, estamos profundamente preocupados por la decisión y creemos que existe el riesgo de cuestionar el delicado proceso de reconciliación que comenzó después de la guerra civil. Al disolver el Parlamento, Sirisena está socavando la larga tradición democrática de Sri Lanka, lo que supone un riesgo para la estabilidad y la prosperidad", amplió.
Los obispos católicos de Sri Lanka han pedido al gobierno que respete y preserve los procesos democráticos de la nación y que trabaje por "una democracia fuerte y estable en el país". .
Publicar un comentario