Castro - Los franciscanos celebran 450 años de presencia y evangelización en la isla de Chiloé. Los cuatro frailes fundadores de la comunidad llegaron con el ejército español procedente de Perú en 1568. “Queríamos celebrar este aniversario porque sabemos que la identidad se forma a partir de un recuerdo agradecido”, explica a la Agencia Fides Julio Campos OFM, párroco y guardián del convento de Castro, en la capital de la isla. “Estamos agradecidos a nuestros predecesores por el trabajo y la abnegación que han transmitido a través de los siglos en la predicación del Evangelio en Chiloé”, concluye.
La fiesta se celebró en la plaza frente a la iglesia de San Francisco donde la comunidad local dio gracias a Dios con una misa solemne presidida por el Ministro Provincial de los Frailes Menores, el padre Isauro Covili. En la actualidad, la comunidad de frailes menores, también formada por otro sacerdote de 95 años y un hermano diácono de 80 años, se ocupa de la parroquia, fundada en la época de los españoles y dedicada a Santiago Apóstol; de las parroquias de Chelín y Quehui, con un total de nueve comunidades cristianas; del hospicio de San Francisco; de la pastoral penitenciaria y hospitalaria; y de un comedor social.
En la historia de la isla, los franciscanos han sido esenciales en el campo de la educación, la cultura y el servicio social. “Cuando nuestros hermanos llegaron, se ocuparon del servicio pastoral del ejército español y de la educación elemental y el catecismo para los habitantes de la zona, los huilliches indígenas”, explica el sacerdote. Fundaron la primera escuela que mantuvieron hasta la época del Concilio Vaticano II y se ocupaban también de la salud de los habitantes.
Chiloé es una isla en el sur de Chile, un poco más grande que Córcega, habitada por unas 140.000 personas, muchos huilliches, en parte católicos. Los habitantes locales se dedican a la pesca, la recolección de mariscos y la preparación de salmón. Además de la contaminación, explica el franciscano, la isla está amenazada por la escasez de agua potable. Actualmente, la isla es un destino para numerosos inmigrantes provenientes principalmente de Haití y también de Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia, principalmente dedicados a la pesca de salmón. El desafío principal para los franciscanos de Chiloé hoy es “continuar construyendo una Iglesia evangélica, evangelizada y evangelizadora, que deje de lado los abusos y la corrupción, y que recupere la confianza de la gente”, concluye.
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