Huehuetenango – “El entusiasmo y ardor misionero que se ha encendido en nuestros corazones en estos días, nos compromete a participar activamente en la transformación de nuestras parroquias. Salimos con la firme convicción de implementar, en comunión con todas las fuerzas vivas de nuestras parroquias, procesos pastorales fieles al Evangelio, insertos en la realidad pluricultural de nuestro país y abiertos a lo que el Espíritu de Jesús dice a nuestras Iglesias”. Así se lee en uno de los pasajes del mensaje final dirigido a las comunidades parroquias en Guatemala, y publicado al finalizar el V Congreso Misionero nacional de Guatemala , que se ha celebrado del 16 al 18 de noviembre en la ciudad de Huehuetenango.
Según la información de la Agencia Fides, han participado más de mil personas, la mayoría laicos, junto con obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, provenientes de todas las circunscripciones eclesiásticas de Guatemala. El Congreso, marcado por la alegría, la fiesta, la oración, la acción de gracias a Dios y el compromiso humano y cristiano, ha tenido como objetivo “celebrar y reforzar los procesos pastorales misioneros en las iglesias particulares en Guatemala, a través de la conversión personal y eclesial a Jesucristo, para que las parroquias sean comunidades misericordiosas, al servicio del Reino”.
El Presidente de la Conferencia episcopal guatemalteca, Mons. Gonzálo de Villa, obispo de Sololà-Chimaltenango, ha inaugurado los trabajos con un mensaje en nombre de todo el Episcopado, y ha presidido la Misa de clausura junto con todos los obispos y muchos sacerdotes presentes.
Mons. Julio Cabrera, obispo de Jalapa, Presidente de la Comisión episcopal para las Misiones, ha subrayado que los mártires guatemaltecos también son misioneros. Y los han tenido presentes en el evento, tanto a los ya beatificados como aquellos que todavía están en proceso, como el hermano Santiago Miller. Los trabajos del Congreso se han llevado a cabo en los salones del colegio La Salle de Huehuetenángo, que fueron testigos del martirio de uno dei sus educadores, el hermano lasaliano Santiago Miller, ocurrido el 13 de febrero de 1982. El Papa Francisco ha autorizado recientemente su beatificación.
El camino de preparación a este importante acontecimiento eclesial misionero nacional – se lee en el mensaje final recibido en la Agencia Fides –, ha iniciado en el Año de la Misericordia, con el descubrimiento de la misión de ser “parroquias misericordiosas como el Padre”, y con “examen de conciencia parroquial” a la luz de Aparecida, que ha permitido que se tome conciencia de los “pecados pastorales” y de la necesidad de una “conversión pastoral” permanente.
El Congreso también ha analizado la situación global de la realidad de miles de guatemaltecos que viven en extrema pobreza y en la exclusión social, dado que “no podemos hacer pastoral sin considerar los contextos en los que vivimos ” y que estas personas viven la gran mayoría en los territorios en que están enclavadas nuestras parroquias. De este modo se han indicado algunas perspectivas de futuro, para comprometernos de lleno en la transformación misionera y samaritana de nuestras parroquias… Somos conscientes de que necesitamos con urgencia un nuevo estilo de parroquia, evangelizada ella misma y evangelizadora al servicio del Reino”.
Un punto de referencia del Congreso ha sido el número 19 de la Evangelii gaudium, que ha ayudado a los participantes a entender “con más fuerza la necesidad de una evangelización misionera intensiva, que no se queda en un simple barniz decorativo”. “En este Congreso Misionero nos hemos comprometido a abrir caminos nuevos para la vida en Cristo de nuestras comunidades parroquiales desde la realidad pluricultural de nuestro País – se lee en el mensaje -. No debemos continuar con un solo modelo de parroquia. Las parroquias deben cambiar sus perfiles desde las realidades concretas en que se encarnan ”.
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