Luanda – “Con vosotros y con esta Iglesia, quiero alabar y agradecer al Señor por el don de las muchas vocaciones que el Señor no deja de despertar en esta joven Iglesia angoleña. Mientras admiro y agradezco a Dios por el número de vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal, llamo ante todo a que cada uno de vosotros se comprometa en la calidad del discipulado. ¡Es importante centrarse en la calidad y formarse para ser discípulos de calidad!” Es la invitación dirigida a los seminaristas diocesanos y religiosos de la provincia eclesiástica de Luanda con los que el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, se reunió ayer por la tarde 14 de noviembre, en el Seminario Arquidiocesano Sagrado Coração de Jesus en Luanda, durante su visita pastoral a Angola .
El prefecto del Dicasterio Misionero centró su discurso en la pregunta que todo seminarista debería hacerse en su viaje de formación: “¿Qué tipo de sacerdote deseo ser?”. Después vinieron las respuestas: no un sacerdote que ama la comodidad y el lujo, “estos son sacerdotes de la sala de estar, que prefieren la tranquilidad y la serenidad de sus oficinas, sus sillones, sus coches de lujo”. Ni siquiera “sacerdotes funcionarios o profesionales de lo sagrado”, que realizan un trabajo o desempeñan una función, durante unas horas del día, la semana y el mes, y lo hacen por un salario, una recompensa ...
No a los sacerdotes clericales: “El Papa Francisco, -recordó el cardenal-, ha criticado en varias ocasiones el clericalismo dentro de la Iglesia”. Por eso el cardenal animó a los jóvenes seminaristas y sacerdotes a decir “no” al clericalismo. “Para el Papa, el clericalismo no permite el crecimiento, no permite que se desarrolle el potencial del bautismo”, explicó el purpurado quien advirtió además de los sacerdotes con “doble vida”, que viven el sacerdocio de una manera hipócrita.
El cardenal Filoni describió el perfil del sacerdote, diocesano o religioso, que primero debe tener una conciencia clara de estar llamado a ser “un discípulo misionero”. Por lo tanto, debe salir de sí mismo, de su egoísmo, de su autorreferencialidad para encontrarse con Jesús que lo llama. “Está enamorado del Maestro, enamorado del Evangelio que lo ha sorprendido, desafiado y provocado por la fascinación siempre presente de la figura de Jesús. A través de sus palabras y sus gestos de amor, vive hoy y ahora el gozo del Evangelio y se compromete a sí mismo ser pastor según su corazón”.
demás, -prosiguió el cardenal-, ese tipo de sacerdote vive con los otros que forman el mismo presbiterio, la fraternidad presbiteriana, escuchando obedientemente al obispo o a sus superiores, en una comunidad donde no hay competencia, favoritismo o individualismo sino ayuda mutua, corrección fraterna, solidaridad pastoral y convivencia.
Por lo tanto, debe ser un sacerdote que salga para encontrarse con los pobres, viviendo la “pobreza evangélica”, llevando el Evangelio a las calles, a las periferias geográficas y existenciales. Sacerdotes apasionados de Jesucristo y servidores del gozo del Evangelio: “Son los que están con todos, especialmente los más pobres, los que más sufren, los pecadores y los enfermos para comunicarles el gozo del Resucitado, para restaurar la esperanza perdida, para ser un signo de la bendición del Dios, llena de misericordia”.
Link correlati :Il testo integrale del discorso del Card. Filoni, in portoghese
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