El Cairo - Internet y las redes sociales como Facebook representan un instrumento de alienación y un factor decisivo en la desintegración de las familias. Así lo afirma Anba Pachomios, obispo ortodoxo copto de Beheira y Pentápoli y una de las figuras más antiguas y respetadas del episcopado ortodoxo copto. En un sermón recogido por los medios de comunicación egipcios, Anba Pachomios hizo especial referencia a aquellos que después del trabajo y, en lugar de prestar atención a los problemas de la vida familiar, terminan el día enfrente a la pantalla de su computadora para consumir cualquier cosa de la red. Esta actitud, señaló el obispo copto, aumenta el aislamiento de los individuos y también rompe las relaciones diarias entre las familias cristianas.
El papel de internet y las redes sociales mientras que entusiasma a buena parte de la Iglesia occidental, entre las iglesias y las comunidades cristianas de oriente desata las alarmas debido a los efectos de su abuso y su influencia.
En Egipto, la trágica historia del homicidio en el monasterio del obispo coptoortodoxo Epiphanius, y la detención de un monje acusado de ser el ejecutor del crimen, aceleró el proceso de discernimiento en torno a la vida monástica que comenzó hace mucho tiempo en el Iglesia copta ortodoxa. Ya pocos días después del asesinato de Anba Epiphanius , el comité para los monasterios del Santo Sínodo Copto Ortodoxo presentó 12 reglas, ratificadas por el Patriarca Tawadros II, dirigidas a todos aquellos que viven la vida monástica dentro de la iglesia ortodoxa copta. También se les pidió a los monjes y monjas que cerraran sus cuentas personales y cualquier blog administrado en las redes sociales, considerados con ojos críticos como herramientas utilizadas sobre todo para difundir “ideas confusas” y alimentar a personalismos.
El pasado abril la Iglesia maronita emitió un documento titulado “La verdad que libera y une”. El texto patriarcal, publicado el lunes 9 de abril se presentó como una verdadera doctrina y pastoral destinado a ofrecer criterios y puntos de referencia que deberían inspirar y guiar las intervenciones y los debates en los medios de comunicación centrados en los problemas relacionados con la fe católica y el magisterio de la Iglesia. Este pronunciamiento, tal como se mencionaba en la parte introductoria, parecía necesario después de que, en los meses anteriores, las disputas sobre cuestiones doctrinales, también alimentadas a través de las redes sociales, en algunos casos hubieran tomado formas y tonos exasperados, proporcionando un espectáculo incompatible con los criterios sugeridos. De la comunión eclesial, y arriesgarse a difundir dudas y confusión entre los fieles.
Un pronunciamiento que parecía necesario después de que, en los meses anteriores, las disputas sobre cuestiones doctrinales, -también alimentadas a través de las redes sociales-, en algunos casos hubieran tomado formas y tonos exasperados, proporcionando un espectáculo incompatible con los criterios sugeridos de comunión eclesial.
En septiembre pasado, el Patriarcado caldeo, -en un mensaje difundido a través de sus canales oficiales-, quiso expresar una “palabra de tranquilidad” para los creyentes, ante las intervenciones y engaños publicados on-line sobre temas relacionados con la vida de la Iglesia y de las comunidades cristianas. El patriarcado caldeo se declaró pronto para recurrir a procedimientos legales y administrativos con el fin de perseguir las intervenciones en redes sociales que fueran más allá de la decencia o atacasen y difamasen a la Santa Sede.
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