ÁFRICA/SUDÁN DEL SUR - El padre Sosa ante el asesinato del primer jesuita keniano: “Fue un gran maestro y ejemplo para todos nosotros”

Agenzia Fides Juba – Fue asesinado en Sudán del Sur el primer jesuita keniano. Victor Luke Odhiambo fue herido de muerte en la noche del 14 de noviembre por un grupo de hombres armados que atacaron a la comunidad jesuita de Cueibet, en el estado de Gok. Los otros tres miembros de la comunidad salieron ilesos.

Según el Ministerio de Información del estado de Gok, John Madol, uno de los presuntos agresores fue arrestado. “El gobierno del estado de Gok ha decretado tres días de luto. "Todos se quedan en casa mientras sentimos compasión por el sacerdote", dijo el Ministro de Información.

El padre Odhiambo fue el primer keniano en convertirse en jesuita. Nacido el 20 de enero de 1956, ingresó en la Compañía de Jesús el 4 de julio de 1978. Fue ordenado sacerdote el 22 de agosto de 1987 e hizo sus votos permanentes el 30 de mayo de 1993. En Sudán del Sur el padre Odhiambo fue director del Mazzolari Teachers College y vicepresidente de la comunidad jesuita de Cuibet desde el 30 de enero de 2017.

“Con gran pesar conocí la triste noticia del ataque a nuestros compañeros en Cueibet y la muerte violenta del padre Victor-Luke Odhiambo, S.J., Presidente de Mazzolari Teachers’ College y Vice-Superior de la Comunidad”, afirma en su mensaje de condolencias el padre Arturo Sosa, Superior General de la Compañía de Jesús. En Sudán del Sur el padre Odhiambo era director del Mazzolari Teachers’ College y vicepresidente de la comunidad jesuita de Cuibet desde el 30 de enero de 2017.

El padre Sosa destaca que “Victor Luke Odhiambo deja un nombre, no solo en Sudán del Sur como el primer jesuita en morir al servicio de su gente, sino en todo el este de África como profesor de miles de estudiantes en el Starehe Boys de Nairobi, Kenia, y en la Loyola High School de Dar Es Salaam, en Tanzania”.

“Era un hombre muy valiente, inteligente, cariñoso, creativo y, sobre todo, un firme creyente en el valor. No temía aventurarse en lo desconocido, ni siquiera en los lugares más peligrosos, una vez convencido de que esta era la misión deseada por el Señor. Su ejemplo de dedicación desinteresada como Director sigue siendo un desafío para muchos de nuestros hermanos menores en la Compañía de Jesús. Es una luz que se ha extinguido después de haber iluminado otras luces. Como un grano de trigo que muere para dar muchos frutos. Y este es nuestro consuelo”.

“El padre Odhiambo dio su vida por las personas, hijos e hijas de Dios, siguiendo el ejemplo de Jesús. Nuestro Padre misericordioso lo recibirá con un corazón abierto. También oramos por quienes atacaron las instalaciones de la universidad y mataron al padre Victor y por quienes promueven la violencia. Que el Señor convierta sus corazones”, concluye.

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