Bagdad - La Santa Biblia contiene una rica herencia de escritos útiles para desarrollar una sugestiva y fructífera espiritualidad capaz de apoyar y consolar a las personas que experimentan el alejamiento de sus hogares, la experiencia de vivir la condición de exilio, prisión y persecución así como la experiencia del retorno a los lugares de la propia vida ordinaria. Una espiritualidad que debe ser promovida en las comunidades cristianas de Oriente Medio, que en los últimos años, a causa de las guerras y de la violencia yihadista, se han visto a menudo obligadas a abandonar los lugares de sus raíces tradicionales. Esta es la sugerencia contenida en una amplia reflexión sobre la "teología del alejamiento y del retorno" propuesta por el patriarca caldeo Louis Raphael Sako, y difundida a través de los canales oficiales del patriarcado caldeo.
"Los profetas Miqueas, Amós, Isaías y Jeremías", recordó el patriarca, refiriéndose en particular al profeta Ezequiel, "expresaron una fuerte teología de la deportación y del encarcelamiento", mientras que Ezequiel ofreció profundas reflexiones sobre la experiencia del retorno y la reconstrucción de sus hogares y el tejido de la convivencia social que había sido desgarrado por las vicisitudes de la historia. Las mismas dinámicas existenciales está en el centro de muchos salmos bíblicos. "Hoy", subrayó el primado de la Iglesia caldea, "estamos llamados a redescubrir la riqueza de estas experiencias, leyéndolas con una profunda fe, a la luz de nuestra experiencia durante la invasión de la llanura de Nínive en agosto de 2014 por parte de los terroristas islámicos de Daesh, que provocó que muchos cristianos tuvieran que huir, vieran sus casas destruidas y vivieran más de tres años y medio en campamentos, además de tener que enfrentarse a desafíos sociales, económicos, psicológicos, políticos y religiosos". Después de la liberación de esas zonas, completada en 2017, muchos cristianos desplazados han regresado a sus hogares, y ahora están viviendo el tiempo de la reconstrucción y el reinicio, con todas sus complicaciones.
Este contexto puede ser útil para la vida cotidiana en el intento de desarrollar una verdadera "teología" de la migración forzada, del exilio y del retorno, comparando la propia experiencia con la de la Sagrada Escritura, para ayudar a todos a leer los signos de los tiempos y a vivir la virtud teologal de la esperanza en la condición en la que se encuentran, sin dejarse abrumar por la frustración y la desesperación.
Todo ser humano que sufre injusticia, persecución, presión social y económica, y terrorismo, entre otras cosas, "podría preguntarse: ¿Por qué? Como hizo Jesús mismo cuando fue clavado en la cruz: ‘Elí, heli, lama sabactani’, es decir: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ’. La gente que hace estas preguntas no niega la existencia de Dios, sino que le habla, y estas son sus oraciones. Por eso, hoy, el cuidado pastoral para ayudar al florecimiento de una espiritualidad similar es responsabilidad de nuestras Iglesias, de nuestros patriarcas católicos y Ortodoxos y de nuestros fieles", señaló el Cardenal Sako.
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