Mamfe – “Invito a todos los cristianos de la diócesis de Mamfe, en particular a los cristianos de la parroquia de Kembong, a mantener la calma y estar unidos en la oración. Las fuerzas del mal arremeten contra la Iglesia de Dios, pero como cristianos creemos en la promesa de Cristo de que 'las puertas del infierno nunca prevalecerán contra ella'.. Al mismo tiempo, debemos permanecer vigilantes, porque el diablo vaga como un león rugiente buscando a quien devorar. Resistidle firmes en la fe ”. Con estas palabras el obispo de Mamfe, mons. Andrew Nkea se ha dirigido a toda la población después del asesinato del padre Cosmas Omboto Ondari, un misionero keniata de la Sociedad Misionera de San José de Mill Hill, quien fue asesinado el 21 de noviembre en Kembong, a pocos kilómetros de Memfe . En el llamamiento recibido en la Agencia Fides, el obispo relata: “Fui a visitar la parroquia de Kembong el jueves 22 de noviembre y conté 21 agujeros de balas en el edificio donde el sacerdote, el catequista y muchos cristianos realizaban varias actividades de la misión. La sangre del sacerdote asesinado todavía era visible en la puerta a la entrada de la Iglesia”.
“Padre Cosmas murió en la casa de Dios y nuestra oración es para que el Dios al que ha servido tan bien lo reciba en su Reino eterno. Mientras lloramos junto con toda la familia de los misioneros de Mill Hill y la familia biológica del padre Ondari, estamos seguros de que nuestro hermano murió haciendo lo aquello por lo que había ofrecido su vida”, agrega.
En su llamamiento, el Obispo insiste en la esperanza de que estos crímenes cesen en la diócesis y en las regiones de habla inglesa de Camerún. “El valor de la vida humana está disminuyendo y se destruye por motivos insignificantes, incluso por las más fútiles razones. Todo esto debe detenerse y debemos exhortar a todos los involucrados en el asesinato de civiles inocentes a que detengan estos actos inhumanos y monstruosos. Pido a la policía que lleve a cabo una investigación exhaustiva sobre este atroz crimen cometido contra un misionero inocente y pacifista y que lleve a los culpables ante la justicia. Esta es la única manera en que los que han sido heridos puedan ser verdaderamente consolados, y la paz puede regresar a nuestra tierra”.
En Mamfe, desde diciembre de 2017 los fieles rezan por la paz al final de cada misa. Mons. Nkea ha invitado a los cristianos a intensificar sus oraciones, sobre todo en estos momentos para que “florezca la justicia y abunde la paz”.
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