Roma “El mes misionero extraordinario de octubre de 2019 es una ocasión para que la Iglesia renueve su celo misionero, que es también el propósito de las Obras Misionales Pontificias. El punto es el siguiente: ¿Cómo insertar la dimensión misionera en el cuidado pastoral ordinario, que es también la gran preocupación de Evangelii gaudium?” Esta es la reflexión propuesta por el arzobispo Giovanni Pietro Dal Toso, presidente de las Obras Misionales Pontificias , expresada este 15 de noviembre en la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana. “El mes misionero extraordinario, - recordó -, coincide con el centenario de la carta Maximum illud de Benedicto XV. Para la historia de la misión, este documento marca una frontera determinante, por al menos dos razones: ha separado, renovando evangélicamente, la obra de evangelización de la colonización y ha insistido en la creación de un clero y una jerarquía autóctona de las tierras de misión”.
Además, en línea con el Concilio Vaticano II que propuso la missio ad gentes a la responsabilidad de cada persona bautizada , el tema para el próximo mes misionero extraordinario será “Bautizados y enviados. La Iglesia de Cristo en misión en el mundo”. “El Santo Padre, -explicó el presidente de las OMP-, ha elegido este tema que contiene en sí mismo los elementos esenciales que se deben tener en cuenta para planificar y vivir esta misión. En el bautismo hemos recibido vida divina y gracias a ella somos profetas, es decir, anunciadores del misterio de Cristo, enviados por Él. Cristo, que nos envía, es también el contenido esencial de la misión: la Iglesia no transmite su propio mensaje, sino que transmite lo que ella ha recibido de Cristo, es decir, su propia persona”.
Monseñor Dal Toso en este sentido ilustró la naturaleza y misión de las Obras Misionales Pontificias, que son “una red mundial al servicio del Papa para apoyar la misión y las Iglesias jóvenes a través de la oración y la caridad”. “Son obras del Papa, a través de las cuales el Papa se ocupa de las muchas necesidades pastorales de las Iglesias jóvenes”, recordó, y “esta profunda conexión con el ministerio de Petrino. También es evidente por el hecho de que el mismo Pío XI, a finales de los años 20, instaurase la Jornada Mundial de las Misiones y decidiera que la colecta estuviera destinada a las Obra Pontificia para la Propagación de la Fe, exactamente como una expresión del cuidado de la Iglesia universal por las Iglesias de todo el mundo”.
“La gran tarea de las OMP es la sensibilización para la misión, que a raíz de todas las enseñanzas de los Papas y el Concilio, es una tarea de todo el Pueblo de Dios. Las OMP tienen el mandato especial de mantener vivo este espíritu y es con este propósito que se ha propuesto la celebración del mes misionero extraordinario de octubre de 2019”.
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