Indore - “Los cristianos del distrito de Kandhamal, en el estado indio de Orissa, han dado el testimonio de Cristo mas hermoso en dos mil años de cristianismo en India”: lo ha declarado el Arzobispo Leo Cornelius, que guía la diócesis de Bhopal, en un reciente encuentro en que se ha recordado el décimo aniversario de la violencia contra los cristianos en Orissa.
Según la información de la Agencia Fides, el Arzobispo ha dicho: “Tras el asesinato del líder hindú Swami Laxmamananda Saraswati, en 2008 el movimiento extremista Sangh Parivar declaro que el cristianismo quedaba prohibido en Kandhamal y se instó a los cristianos para que abrazasen el hinduismo. Aquellos que se negaron fueron quemados vivos, enterrados vivos, desmembrados. Unos 100 mártires fueron asesinados mientras 300 iglesias y 6.000 casas fueron saqueadas y dadas a las llamas, dejando a 56.000 personas sin hogar. Miles de fieles no han podido regresar a sus aldeas durante años por temor a sufrir un proceso de ‘ghar wapsi’ . Pero diez años después, casi ningún cristiano ha abandonado su fe. Al contrario, la actitud de los cristianos ha movido cientos de corazones, entre ellos muchas personas que habían agredido a los fieles”.
Como señala a la Agencia Fides el periodista indio Anto Akkara, que ha realizado una investigación exhaustiva sobre las masacres de Kandhamal, “a 10 años de distancia de aquel horror, las injusticias y prejuicios sobre aquella trágica historia, hacen que quede impune”. “Aquel fue uno de los peores casos de violencia selectiva contra cristianos y dalit. Y aún hoy entre los culpables, no hay quienes se arrepientan” añade Biprocharan Nayak, líder católico y presidente de la Asociación de supervivientes de Kandhamal.
Como señala Nayak, en los últimos 10 años los cristianos han combatido la batalla por la justicia. Casi todos los organismos estatales, incluida la policía y la administración civil, “han tratado de negar por todos los medios aquel crimen y obstaculizar la batalla por la justicia. En los últimos 10 años solo los cristianos han recordado esta atrocidad. La mayor parte de la comunidad local no parece sentir la necesidad de compartir el dolor, la humillación y el sentido de injusticia de sus conciudadanos cristianos. Nos estamos convirtiendo en una nación con un escaso sentido de justicia”, añade Nayak.
En un nuevo libro titulado “Kandhamal: Introspection of Initiative for Justice, 2007-2015”, el abogado Vrinda Grover y la investigadora Saumya Uma afirman que unos 2.000 fieles se han visto obligados a renunciar al cristianismo. El germen de aquella violencia reside en la polarización social y religiosa en el estado: “Para comprender los sucesos de Kandhamal, tenemos que mirar hacia atrás a momentos como la aprobación de la Ley anti-conversión en Orissa o la prohibición de la matanza de la vaca” observa el sacerdote católico Ajay Singh, activista por los derechos humanos en Orissa. La violencia que explotó en Kandhamal, revela Singh “fue el producto de una lenta pero constante erosión de un tejido social inclusivo”, que utilizó también el elemento de las castas y provocó el triunfo del “sectarismo violento”.
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