Puerto Inírida - Elena Gómez, de la Cáritas colombiana, en una conversación con la Agencia Fides, en la que ha realizado un balance sobre la última de las tres asambleas colombianas que se ha celebrado en Puerto Inírida, en preparación al Sínodo de los Obispos para la Amazonía del 2019, ha dicho que la reflexión profunda, el diálogo abierto entre las autoridades indígenas y los ocho obispos presentes, han permitido comprender mejor las necesidades de evangelización de los pueblos nativos y hacer propuestas al respecto.
“Por su parte los líderes han dicho: esperábamos un encuentro como este desde hace mucho tiempo, porque necesitabamos decir a la Iglesia que queremos ser evangelizados teniendo en cuenta nuestras culturas”, comenta Gómez. La asamblea ha abordado las 34 preguntas propuestas por el Consejo sinodal según el método de “observar, discernir y actuar”. Las respuestas han esbozado el punto de la situación, una memoria de la presencia de la Iglesia y de su contribución para abordar los problemas y el grito de los habitantes de un área que va más allá de la especificidad geográfica y que “concierne a la Iglesia universal”.
Los tres temas tratados han sido: “Identidad y gritos de la Pan-amazonía”; “Hacia una conversión pastoral y ecológica que inicie de la proclamación de Jesucristo en las dimensiones bíblico-teológica, social, ecológica, sacramental y misionera”; “Nuevos caminos para una iglesia con rostro amazónico”.
Reconociendo a los pueblos indígenas como los “primeros interlocutores” a los que escuchar, “la Iglesia reconoce la profunda espiritualidad, totalmente enraizada en la naturaleza y en la tierra, con la cual los pueblos indígenas comparten la fe en el único Dios”, explica Gómez. Las reflexiones compartidas han llevado a la conclusión de que con frecuencia la “inculturación” ha sido entendida de forma equivocada. “Inculturación no significa ver los signos de la fe cristiana presentes en las espiritualidades ancestrales indígenas, sino que es un ejercicio que va en ambas direcciones, por un lado para que los pueblos indígenas reconozcan que dentro de su espiritualidad está la semilla del Dios de la fe cristiana, y por su parte, la Iglesia ofrezca, a nivel litúrgico y teológico, un espacio para las expresiones de esta espiritualidad”.
Gómez continúa explicando que “se ha dicho que hay que hablar de interculturalidad”. La Iglesia del amazónica “siente la necesidad de un espacio de discernimiento, basado en un diálogo con los indígenas, para alcanzar una mejor comprensión de la necesaria conversión teológica, pastoral, ecológica y litúrgica que pide la Laudato Si”. De ahí la propuesta de ampliar la participación al equipo de “Formación y métodos pastorales” no solo a los teólogos sino también a los sabios y representantes de los pueblos indígenas.
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