Santander - “No hay palabras para expresar la profunda tristeza, frente a la magnitud de esta tragedia ambiental; quienes caminábamos por la orilla de esas quebradas llenas de vida y de paz días atrás, ahora no parece escuchar el llanto de la naturaleza por la agresiva acción del llamado oro negro” así lo explica el obispo de Barrancabermeja, en la provincia de Santander, Mons. Camilo Castrellón Pizano, en una carta recibida en la Agencia Fides. La carta, la ha escrito tras el desastre ambiental ocasionado por el derrame de miles de barriles de petróleo sobre los cauces de la quebrada La Lizama, Caño Muerto y el Río Sogamoso, en Santander. “A este dolor de la madre tierra se suma la angustia de los pescadores y campesinos ante un futuro incierto para ellos, sus familias, sus pertenencias y su trabajo” continúa el obispo.
A un mes de distancia del inicio de la falla, el balance es desolador. Cientos de pescadores no han podido volver a sus trabajos, unas 50 familias de agricultores han tenido que ser reubicadas y más de 1.200 animales han sido rescatados de entre el lodo. Además el crudo ha afectado a las fuentes hídricas, a los suelos y ha producido la muerte de la flora y la fauna a su alrededor.
“Frente a esta tragedia ambiental – continúa el obispo - es el momento de unir fuerzas, para que todos juntos, con serenidad y sabiduría busquemos caminos para superar este desastre”. Mons. Castrellón también ha pedido a la Fiscalía y a la Procuraduría que se investigue a fondo el derrame de crudo ocurrido y que se tomen medidas para que estos hechos no se repitan. Por último ha invocado la protección de la Virgen Dolorosa “especialmente para nuestras mujeres, que soportan con más intensidad, el duro flagelo de este desastre ambiental”.
La pastoral Social de Barrancabermeja y miembros del programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, se reunirán en los próximos días para analizar la situación y tratar de atender a la población de esta zona del país. El vertido de petroleo que inició el 1 de marzo pero que no salió a la luz hasta el 12, cuando se evidenció por primera vez en la vereda La Lisama, cerca de la ciudad de Barrancabermeja, según la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales , ha sido de al menos 550 barriles de petróleo, que han contaminado hasta 25 kilómetros del Río Sogamoso, causando la muerte de alrededor de 2.460 animales y problemas de salud a muchas personas.
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