Cuzco – “Los sacerdotes deben tener en cuenta el principal mensaje del Papa Francisco, en el que pide que formen una Iglesia con un camino sacerdotal de santidad y no de perfección” así lo ha afirmado Mons. Nicola Girasoli, Nuncio Apostólico en Perú, durante una visita, la semana pasada, a la Archidiócesis del Cusco, en la que ha presidido la ceremonia eucarística en el Seminario San Antonio Abad, concelebrada por Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco, y Mons. Fredi Aparicio Quispe, Vicario General de la misma archidiócesis. Según al nota recibida en la Agencia Fides el Nuncio ha querido resaltar que para él es muy importante lograr transmitir, en cada lugar que visita, el corazón, el amor, el afecto y la cercanía del Santo Padre.
Mons. Girasoli, ha sido representante de la Santa Sede en Argentina del 2000 al 2006, por lo que pudo vivir de cerca con el entonces arzobispo de Buenos Aires, Card. Jorge Mario Bergoglio del que afirma ser un “apasionado admirador” porque “cada día, con la palabra y el ejemplo, nos invita a vivir el ministerio pastoral con humildad, entrega y desapego”. El nuncio, que en el 2017 ha escrito un libro sobre el Pontífice titulado “Papa Francisco. La iglesia de lo esencial”, recuerda que uno de los rasgos esenciales del hoy Papa Francisco es: “estar en medio del pueblo de Dios, hacerles sentir a todos la cercanía del Pastor, con autenticidad y no por motivos de oficio y de protocolo, del Pastor que se preocupa concretamente por todos los ciudadanos, que venda sus llagas, que los consuela, que sabe darles un sólido mensajes de esperanza”.
Tras la celebración, el Arzobispo Alarcón Urrutia, acompañado de Mons. Aparicio y algunos sacerdotes y seminaristas, han sostenido una reunión con el Nuncio Apostólico, en la que han analizado en profundidad el mensaje del Papa Francisco a los sacerdotes, “pues es la esencia de la labor sacerdotal en nuestra Archidiócesis”, ha afirmado el arzobispo quién además ha anunciado que Mons. Nicola Girasoli estará presente este año en una de las festividades más importantes de la Iglesia, la Solemnidad de Corpus Christi. Unos días antes, Mons. Alarcón Urrutia, durante la Solemne Misa Crismal en la Basílica Catedral del Cusco, había recordado también a sus hermanos sacerdotes que: “su tarea evangelizadora no tendrá resultados, si no hacen vida el ideal de construir una Iglesia de comunión, formadora de discípulos misioneros y servidora de la sociedad por la solidaridad, la misericordia y la caridad”.
La diócesis del Cuzco que ocupa la parte central de la homónima región, en la sierra sur del Perú, fue erigida por el Papa Paulo III el 5 de septiembre de 1536 y elevada a Archidiócesis metropolitana el 23 de mayo de 1943. Cuenta con una población de 2.173.000 habitantes de los cuales 1.920.000 son católicos con 91 sacerdotes diocesanos y 65 religiosos. El territorio está dividido en doce decanatos que comprenden 81 parroquias.
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