Parma - “El artista de la comunicación misionera” este es el título que podríamos dar al padre Augusto Luca, un misionero Javeriano, SX, que a sus 100 años de edad, ha escrito dos libros sobre lo que siempre ha sido su mayor amor: Jesús y la Iglesia. Un misionero que ha caminado durante más de un siglo y que ha vivido con plenitud y participación toda la transformación que la Iglesia ha realizado con el Concilio Vaticano II. De este modo, ha visto a la Iglesia atravesar la historia con novedad de la vida, recorriendo los cuatro continentes donde se encuentran las misiones de los misioneros de San Guido M. Conforti, que él, el último sobreviviente de los Javerianos, había conocido personalmente en su juventud.
Antes de su partida como misionero para Japón, donde se ocupó desde 1951 hasta 1966 de una parroquia con dos leproserías de más de mil pacientes cada una, el p. Luke demostró intuición y sagacidad, inventando y utilizando algunas herramientas de comunicación social para el propósito misionero. Un grupo de padres, dirigido por el padre. Luca dio vida a una herramienta de comunicación misionera que todavía existe actualmente, el mensual “Misioneros Javerianos”, que en su momento cumbre alcanzó 250,000 copias. De este modo el movimiento de la CEM , seguido por la revista “CEM Mundialidad” surge gracias a su intuición y sus proyectos, con el fin de poner en práctica el ideal del fundador de los Javerianos: “hacer del mundo una familia”. En la actualidad el CEM está involucrado en actividades de animación, formación y cooperación, con la convicción de que la educación desempeña un papel clave en la época actual. Tampoco es pequeña la contribución del p. Luca en la revista, fundada por Mons. Conforti, “Fe y Civilización”, que dirigió durante años.
Cuando regresó a Italia, fue nombrado “Prefecto de las Misiones Javerianas”. Siguiendo su carisma en el ámbito de la “Comunicación Misionera”, de la cual fue maestro, el p. Augusto Luca recorrió de muchas maneras el arte de la palabra con numerosos libros, publicaciones, artículos, conferencias, abarcando diversos temas con gran competencia y perspicacia. Dado su dominio en muchas áreas de comunicación, también fue elegido como postulador de algunas causas de beatificación, incluida la del Fundador de los Javerianos. Además fue maestro de vida espiritual, predicando en varias partes de Italia, confesor y director espiritual, especialmente en los últimos años, mientras residía en la Casa Madre de los Javerianos de Parma, donde falleció el pasado 12 de marzo de 2018, en la víspera de su 101 cumpleaños.
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