Boroko - “El primer deber del sacerdote o del religioso es rezar asiduamente por las personas que le han sido confiadas”. Así se expresó el Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, en su discurso a los sacerdotes, a las religiosas y religiosos y a los seminaristas de Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón reunidos en la iglesia de San José en Boroko, en Port Moresby. “La oración nace y fortalece nuestra amistad con Jesús. Es el lugar donde el corazón habla al corazón”, aseguró el cardenal ante más de doscientos sacerdotes y religiosos que participaron en la celebración eucarística y en la conferencia que pronunció a continuación.
En una nota recibida por la Agencia Fides, el padre Joseph Vnuk, -decano del Instituto Católico de Teología de Bomana, en Port Moresby-, indica que el Secretario de Estado del Vaticano hizo hincapié en la oración, la fidelidad y alegría, además de recordar la dedicación de los primeros misioneros y la muerte de cientos de personas vinculadas a la Iglesia durante la guerra, especialmente, recordó al primer beato Pedro ToRot.
El cardenal, -de visita en el país por la Asamblea de la Federación de las Conferencias Episcopales de Oceanía que acaba de finalizar-, animó a los participantes a no se dejarse llevar por la "política del “wantok system” que, a pesar de estar dirigido a los necesitados, podría alejar fácilmente a los religiosos y religiosas de las personas a las que deben servir. “Permanecer fieles a la misión y al servicio evitará que los sacerdotes y religiosos permanezcan en sus zonas de confort e ignoren a las personas vulnerables”, concluyó.
Entre los temas de su intervención, el Cardenal destacó el tema de la alegría, central en la primera exhortación apostólica del Papa Francisco Evangelii Gaudium y en la más reciente Gaudete et Exsultate. “Solo hay una tristeza en el mundo, no ser santos”, aseguró. “No hay un momento adecuado para vivir la propia llamada del bautismo”, recordó a los participantes a los que alentó a no desanimarse en un mundo que cambiaba rápidamente. Finalmente, pidió e invitó a los sacerdotes y religiosos a participar en las obras que buscan la reconciliación y la paz.
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