Pekín - Los ancianos enseñan la fe y son maestros en la evangelización gracias a su experiencia de vida: con tal espíritu de gratitud a los ancianos, por su celo y contribución a la vida de la Iglesia y de la sociedad, las comunidades católicas de la China continental han celebrado en octubre varios festivales y eventos para agradecer la aportación de los mayores.
En las parroquias, laicos, sacerdotes y religiosas rindieron homenaje a los ancianos durante la celebración eucarística y organizaron visitas domésticas, dándoles el sacramento de la unción de enfermos. En otros casos la visita a la casa fue para compartir una charla y una comida sencilla, según la información proporcionada a la Agencia Fides por las diócesis chinas. En las parroquias de Pekín los ancianos fueron invitados a un encuentro especial después de la misa de la mañana. Los laicos les ofrecieron canciones y poemas y les contaron las últimas noticias sobre la Iglesia universal, como el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes celebrado en el Vaticano.
En la Catedral de la Diócesis de Shi Jia Zhuang, más de 500 ancianos fueron invitados a una celebración eucarística durante la cual los seminaristas explicaron el significado del sacramento de la unción, dándoles calor humano y consuelo espiritual. Voluntarios de la parroquia de Hu Zhuang en la diócesis de Ji Nan visitaron a los ancianos en un pueblo remoto, llevándoles los saludos de los sacerdotes y regalando rosarios a todos, incluso a los ancianos no católicos.
Las 101 personas mayores del hogar de ancianos Heng Shui en la provincia de Hebei recibieron a voluntarios católicos y musulmanes que fueron a saludarlos y a celebrar con ellos. "Esta obra de solidaridad no tiene límites de fe. Tengo una gran admiración por las hermanas que cuidan a los ancianos y lo hacen porque tienen fe", dijo Shi Jun Jie, subsecretario de la Asociación de Musulmanes en Xing Tai. El testimonio de estas hermanas tocó no sólo a los huéspedes, sino también a sus familiares, tanto que algunos se convirtieron en voluntarios en el mismo hogar de ancianos y eligieron abrazar la fe cristiana.
El origen del festival dedicado a los ancianos en China se remonta a más de dos mil años atrás. La fiesta tiene lugar cada año en un día diferente, siguiendo el calendario lunar. En la cultura tradicional china, los ancianos son considerados una riqueza, tal como el Papa Francisco ha aconsejado en varias ocasiones. La comunidad católica china siempre ha vivido con este espíritu.
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