Roma – “La vergüenza humanitaria de los nuevos migrantes muertos en el Mediterráneo sitúa a los Estados nacionales ante su propia responsabilidad de responder a su grito de auxilio. No podemos darnos la vuelta pensando que la única emergencia actual es la pandemia de Covid. La crisis social y económica, la violencia, siguen produciéndose a diario en todos los rincones del planeta. Asistir, casi indiferentes, a otro naufragio en el Mediterráneo, en un mundo que debería ser más solidario porque está comprometido en la misma batalla contra la pandemia, significa haber perdido ante la globalización los valores de la identidad de Europa, un continente donde muchos han encontrado siempre espacio para realizarse como personas”. Así lo ha afirma la hermana Neusa de Fátima Mariano, superiora general de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo - Scalabrinianas, en una nota enviada a la Agencia Fides haciendo referencia al discurso del Papa Francisco durante el Regina Coeli del 25 de abril. “La estrategia para una política que pueda evitar más hecatombes, fue lanzada hace ya tres años por el Papa Francisco y es demasiado clara: acoger, proteger, promover, integrar - añade la hna. Neusa -. Nos unimos a la voz del Papa: reforzar los corredores humanitarios, potenciar las redes de cooperación internacional, impulsar el fortalecimiento de los acuerdos con quienes por vocación y carisma, apoyan abierta y libremente las políticas migratorias. Además dirigimos un pensamiento a Nadia De Munari, la misionera laica brutalmente asesinada con un machete en Perú. Ofrecemos nuestras oraciones para que se detenga este clima de odio que se suma a las tragedias del Mediterráneo. No dejemos que se hunda junto con las últimas 130 muertes este apelo”.
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