Bishkek - “2020 ha traído consigo desafíos sin precedentes: muchas personas se han enfermado, otras siguen enfrentándose a graves dificultades económicas. Nuestro país ha atravesado convulsiones políticas y sociales. Para muchos, la peor parte de este período ha sido tener que vivir con una gran incertidumbre sobre el futuro. Algunos, tal vez, han comenzado a vacilar en la esperanza o a ser desafiados en su fe, preguntándose: '¿Dónde está Dios? ¿Por qué permite que esto suceda? La Iglesia sigue buscando la luz en tiempos de oscuridad.
Cristo es siempre fiel y solo Él tiene la última palabra en nuestra vida y en nuestro mundo. No sabemos qué nos traerá el 2021, pero creemos que Dios seguirá siendo fiel a su Iglesia y nos ayudará a sacar beneficio de las dificultades de nuestra vida diaria para permitirnos acercarnos más a Él y a los demás. Dios es luz”, afirma el jesuita p. Anthony Corcoran, administrador apostólico de Kirguistán, en la carta pastoral emitida con motivo del nuevo año 2021, enviada a la Agencia Fides.
En su mensaje, el jesuita subraya la presencia de la Iglesia junto a los fieles durante los momentos más difíciles de la pandemia: “Todos hemos sido testigos de actos extraordinarios de caridad y bondad. La Iglesia ha logrado brindar asistencia a muchas personas necesitadas, no solo cristianos sino también de otras religiones. Ha habido oportunidades de conocimiento y colaboración nacidas precisamente a través de la pandemia. Nuestras comunidades han podido dotar a algunos hospitales de las herramientas necesarias. El Centro de Rehabilitación Infantil en Issyk-Kul fue puesto a disposición de médicos, enfermeras y voluntarios que atendieron generosamente a los enfermos durante este período epidémico. Como comunidad católica, hemos logrado 'reunirnos' prácticamente todos los días. Cristo concede a su Iglesia grandes oportunidades de gracia en tiempos críticos y el año pasado da testimonio de su fidelidad a todos nosotros, a su pequeña Iglesia en Kirguistán”.
La carta ha sido entregada a los fieles por el padre Remigiusz Kalski, párroco de la iglesia de San Miguel Arcángel en Bishkek, con motivo de la solemne misa de Navidad. Según la información de Fides, la celebración contó con la presencia de fieles de diferentes edades y nacionalidades: “La comunidad local y los numerosos hermanos y hermanas de otros países, reunidos alrededor del altar del Señor, subrayaron la universalidad de la Iglesia”. Al final de la celebración tuvo lugar un momento de fraternidad, con el intercambio de obsequios y el reparto del “pan de Navidad”, según la tradición de algunas etnias presentes en Kirguistán, entre ellas eslovacas, polacas, lituanas, bielorrusas y ucranianas.
Actualmente hay tres parroquias en Kirguistán en las ciudades de Bishkek, Jalal-Abad y Talas, pero muchas otras comunidades pequeñas se encuentran repartidas por las áreas rurales del país. Los católicos locales pueden contar con la asistencia espiritual de siete sacerdotes, un religioso y cinco hermanas franciscanas. En 1997, Juan Pablo II fundó la Mission sui iuris, al igual que sucedió con los estados vecinos de Asia Central. En 2006, Benedicto XVI elevó la circunscripción al rango de administración apostólica. Además de la mayoría musulmana, el 7% de la población es de fe cristiana, de los cuales el 3% es de fe ortodoxa. Los judíos, budistas y otras pequeñas minorías constituyen aproximadamente el 3% de la población.
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