Brasilia - En 2020 los casos de tortura en el sistema penitenciario brasileño casi se duplicaron en comparación con 2019: así lo revela el reciente informe publicado por la pastoral de prisiones de la nación, que analiza los casos y denuncias recibidas en el año que acaba de terminar, marcado por la pandemia de Covid-19. La pastoral penitenciaria recibió, entre el 15 de marzo y el 31 de octubre de 2020, unas 90 denuncias por casos de tortura, que han comportado numerosas violaciones de los derechos en diversas cárceles del país. En el mismo período del 2019 se registraron 53 casos. En la nota difundida por la Conferencia Episcopal de Brasil, recibida también en la Agencia Fides, se destaca que persisten la violencia y la tortura, amplificadas por el mayor cierre de cárceles debido a la pandemia. En el período mencionado, la pastoral penitenciaria recibió 53 denuncias de casos de tortura con agresiones físicas, 52 relacionados con condiciones de trato humillante y degradante.
La violación del derecho a la salud de la población privada de libertad ha sido central en las denuncias recibidas: cerca de 67 de los 90 casos denunciaron negligencia en la prestación de atención sanitaria. El informe señala que 52 casos involucraron negligencia por parte del Estado en la prestación de asistencia material, considerando por ejemplo el precario suministro de alimentos, ropa, artículos de higiene personal, productos de limpieza, entre otros.
El consultor de la pastoral penitenciaria, Lucas Gonçalves, explica que el informe se basa en un trabajo que se viene realizando desde 2010, ordenando sistemáticamente los datos de los informes que llegan de diferentes formas. “El informe enfatiza que la tortura no es algo del pasado, sino algo presente en la vida de las personas encarceladas en Brasil”. De las 90 denuncias recibidas, la pastoral de prisiones ha remitido 39 al Poder Judicial, 64 a la Defensoría y otras 38 al Ministerio. En la mayoría de los casos, según Lucas, el estado se niega a dar una respuesta, citando la sospecha de falsedades, e incluso se niega a investigar las acusaciones. De los 90 casos denunciados, la pastoral no ha obtenido respuesta a 16 denuncias.
En el Informe, el padre Almir José de Ramos, coordinador adjunto de la pastoral penitenciaria nacional, señala que el coronavirus se ha extendido, provocando una verdadera masacre en el sistema penitenciario brasileño, que ocupa el tercer lugar en el ranking de mayor número de presos del mundo. Hay más de 800.000 hombres y mujeres viviendo en situación de privación de libertad. El sacerdote agrega que, según datos parciales y subestimados del Departamento Penitenciario , al 10 de noviembre de 2020, el virus y el estado habían matado a unas 121 personas presas en Brasil.
El Consejo Nacional de Justicia ha anunciado que, hasta el 3 de noviembre de 2020, 205 detenidos han muerto en las cárceles brasileñas. El sacerdote destaca el aumento exponencial de las muertes por pandemia en las cárceles, que fue del 100% entre mayo y junio de 2020, y el aumento del 800% de los casos de contagio en el mismo período, según el CNJ.
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