Concepción - Ante la grave crisis sanitaria, económica, política y social en la que se encuentra Chile, monseñor Fernando Chomali, arzobispo de Concepción, el domingo 24 de enero durante aproximadamente 20 minutos, bendijo desde un aeroplano a los habitantes de Concepción, Lirquén, Tomé, Chiguayante y Hualqui.
“Lo he hecho en medio de una situación dramática, donde el covid-19 se ha llevado a miles de personas y tiene a otros tantos debatiéndose entre la vida y la muerte” ha explicado el arzobispo en una declaración recibida también en la Agencia Fides. “En este acto religioso y misionero, autorizado por la Armada; el Ministerio Secretaría General de Gobierno y el Ministerio de Salud, he pedido a Dios que cuide, bendiga y dé fuerza a sus habitantes, especialmente a los que pasan por graves dificultades de toda índole”.
“Fue un momento de oración muy profundo, gracias a la generosidad de un experimentado piloto penquista- con todas las autorizaciones necesarias y en cumplimiento de todas las normas sanitarias - que me ofreció esta oportunidad. También he pedido a Dios que expulsara al espíritu del mal de aquellos que no respetan la ley, que no obedecen a las autoridades, que no les importa el bien común, que creen que la vida es sólo diversión y no saben lo que es sacrificarse por los demás, que hacen fiestas clandestinas – y por tanto ilegales - y que contagian a los demás arriesgando su propia vida y la de los demás”.
Según la Biblia, algunos tipos de maldad se eliminan solo con oración y ayuno, por lo que el Arzobispo explica que “la Iglesia católica se está adecuando a los tiempos innovando en sus métodos y expresiones: no podemos reunirnos a rezar, lo hacemos por las plataformas digitales; no podemos recibir en nuestros templos a quienes quieren una bendición, nosotros vamos hacia ellos por las redes y, cuando se puede, por cielo, mar y tierra”.
Por último, Mons. Chomali asegura: “Seguiremos bendiciendo y promoviendo el bien común de acuerdo a los tiempos que nos toca vivir y con nuestras obras sociales que nos llenan de esperanza. Seguiremos exhortando a que las personas cumplan rigurosamente con las normas sanitarias y, si no hacen caso, seguiremos recurriendo a Dios con la oración para que cambie ‘sus corazones de piedra’”.
A aquellos que han quedado perplejos o incluso molestos por la bendición, el arzobispo recuerda: “soy un hombre de fe, católico y tengo no sólo el derecho, sino que también el deber de recurrir a Él para que nos ilumine frente a aquello que nos sobrepasa. Me sumo a los dichos de San Pablo: ¡Ay de mí si no evangelizara!” Pada concluir invita a todos los habitantes de la región a que llenos de entusiasmo en sus propias actividades, emprendan, sean creativos, arriesguen, innoven, y siempre sumen porque “sólo así avanzaremos como sociedad”
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