Rawalpindi - Rafique Masih es un cristiano pakistaní que, como padre desgarrado, ruega a la policía que encuentre a su hija secuestrada. Según la información de la Agencia Fides, Rafique Masih, que vive en Rawalpindi, ha declarado que el 5 de enero, mientras él estaba en el trabajo, un musulmán, Muhammad Hamza, entró por la fuerza en su casa y secuestró a su hija Mashal, de 17 años, con la ayuda de dos cómplices. La otra hija de 11 años estaba en casa y huyó asustada.
Al dirigirse a la policía, en una oficina compuesta casi en su totalidad por personal musulmán, Rafique no recibió ayuda. Cuando fue a la comisaría de policía de Bani en Rawalpindi para registrar la denuncia de secuestro de su hija en lugar de presentar un primer informe contra el secuestrador, los agentes de policía se burlaron de él y se negaron a completar ningún acto oficial. “Desde que Mashal fue secuestrada, la policía no ha mostrado interés en recuperarla de sus secuestradores. No han movido un dedo”, comunican activistas cristianos a la Agencia Fides. Rafique acusa a la policía de retrasar deliberadamente la recuperación de su hija porque él es cristiano.
La Ong CLAAS , quien defiende los derechos de los cristianos en Pakistán, señala que si no se toman medidas temprano para recuperar a la chica, los secuestradores podrían obtener su certificado de conversión al Islam y tal vez su certificado de matrimonio y la declaración que indique que se ha convertido al Islam y se ha casado con Mohammad Hamza por su propia voluntad.
“Rafique es un padre desesperado que le ruega a la policía que lo ayude a recuperar a su hija, que cumpla con su deber de ayudar a los ciudadanos que sufren violencia y son víctimas del crimen”; señala la organización.
Otra chica cristiana, Shiza, que escapó recientemente de sus secuestradores musulmanes, ha publicado un video en el que amenaza con prenderse fuego y suicidarse si no se hace justicia. Según sus padres, la policía no está cooperando y no está dispuesta a registrar una denuncia para arrestar a los secuestradores, y el tribunal de primera instancia tampoco ha examinado su petición. Shiza lanzó el video con desesperación porque todavía está traumatizada y dice que ha perdido toda esperanza de justicia. La chica fue secuestrada el 28 de septiembre por cinco hombres armados que entraron por la fuerza a su casa en un pueblo de la zona de Faisalabad. Después de dos meses, Shiza logró escapar y regresó con su familia en noviembre. Pero ninguno de los hombres identificados por Shiza hasta ahora ha sido arrestado por la policía.
Nasir Saeed, director de CLAAS, declara en una nota enviada a la Agencia Fides: “Es una constante: la policía no toma estos casos en serio y, en lugar de cumplir con su deber y permanecer imparcial, se pone del lado de los secuestradores y no toma ninguna acción hasta que no recibe una fuerte presión proviene de arriba. La policía a menudo evita denunciar estos casos, ya que se cree que empañan la imagen de Pakistán en la comunidad internacional, que en repetidas ocasiones ha expresado públicamente su preocupación por el aumento de los casos de conversión forzada en Pakistán”.
El Director continúa: “Recientemente hemos seguido los casos de Huma Younis, Arzoo Raja y Maira Shahbaz, quienes fueron noticia en los medios de comunicación cristianos y laicos a nivel internacional. Los padres cristianos se sienten impotentes y han apelado al Presidente y al Primer Ministro, pero sin respuesta. Los padres cristianos solo quieren que sus hijas menores de edad vuelvan a casa, pero la policía y los tribunales no respetan la ley, la violan de manera patente. Por esta situación en la comunidad cristiana en Pakistán, circula la amargura y el resentimiento, ya que se pide justicia, pero todo cae en el olvido de las autoridades”.
Saeed concluye: “Los cristianos se sienten inseguros y preocupados por su futuro en Pakistán debido a la inacción e indiferencia del gobierno para detener este fenómeno de violencia contra las menores cristianas: si hay impunidad, se anima a los culpables y estos casos siguen aumentando, erosionando la esperanza de las minorías religiosas”.
Según los datos confirmados a la Agencia Fides por la Comisión Nacional de “Justicia y Paz” de la Conferencia de Obispos Católicos de Pakistán, hay alrededor de 1.000 informes de secuestro de jóvenes cristianas e hindúes cada año, arrebatadas a sus familias con el propósito de forzarlas al matrimonio y a la conversión al islam.
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