Nassiriya - La masacre perpetrada el pasado jueves en Bagdad , reivindicada por los yihadistas del autoproclamado Estado Islámico , ha despertado oleadas de ira entre la población iraquí, con grandes críticas a la pasividad y “debilidad” de las autoridades políticas nacionales, también acusadas de no haber castigado de forma más cruda a los prisioneros de Daesh recluidos en las cárceles iraquíes.
En este contexto, el lunes 25 de enero se ejecutó la pena de muerte por terrorismo de tres yihadistas presos en la carcel de Nassiriya. A través de las redes sociales, la manifestación - prevista para hoy martes 26 de enero - también ha sido convocada en Nassiriya para presionar al ejecutivo y pedir la “muerte de los yihadistas” detenidos, como una forma de venganza por los recientes atentados reivindicados por Daesh. En las mismas horas, los rumores filtrados en los medios han referido que las órdenes de ejecución ya firmadas por el presidente iraquí Bahram Salih son 340. Entre los presos condenados a muerte en Irak, la mayoría son yihadistas de Daesh, pero también hay un cierto número de criminales comunes.
La posible escalada de ejecuciones corre el riesgo de dar una connotación aún más inquietante a la difícil etapa histórica que atraviesa el “País de los dos ríos”. La mayoría de las ejecuciones contra yihadistas y terroristas condenados se firmaron en 2014, cuando el presidente iraquí era Fuad Massum y el Daesh ocupaba un tercio del país.
El gobierno iraquí proclamó la victoria sobre los yihadistas a finales de 2017, pero la masacre perpetrada el jueves pasado por dos terroristas suicidas en un mercadillo en el centro de Bagdad ha dejado claro que ahora la estrategia de las redes yihadistas apunta a continuar mediante ataques terroristas que golpeam contra las multitudes, además de las redadas contra objetivos específicos.
Una ley iraquí de 2005 prevé la pena de muerte para cualquier persona condenada por “terrorismo”. El kurdo Barham Salih, que ocupa el cargo de presidente desde 2018, ha manifestado en el pasado su posición ante la pena de muerte. No obstante esto, en 2020 se ejecutaron más de 30 condenas a muerte en Irak.
En todo esto, las comunidades cristianas locales continúan viviendo ansiosas a la espera de la anunciada visita apostólica del Papa Francisco a Irak, prevista del 5 al 8 de marzo. En estos días, y hasta el miércoles 27 de enero, los cristianos caldeos celebran el llamado “Ayuno de Nínive”, tres días de ayuno y oración compartida para conmemorar la conversión de Nínive tras la predicación del profeta Jonás. Este año, el patriarca caldeo Louis Raphael Sako ha invitado a todos a rezar y ayunar “por la salvación de la epidemia del coronavirus” y “también por el éxito de la visita del Papa Francisco en marzo”.
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