Kati - Mali vive una situación de incertidumbre social y política generalizada, debido a la presencia de un gobierno de transición actualmente en funciones. Dirigido por el exministro de Relaciones Exteriores Moctar Ouane, cuenta con 25 ministerios. Los más estratégicos de ellos, Defensa, Seguridad, Administración Territorial y Reconciliación Nacional, han sido encomendados a los militares protagonistas del golpe de Estado que derrocó a Ibrahim Boubacar Keïta el pasado 18 de agosto. “En un contexto general como este en el pequeño pueblo de Kati, a unos quince kilómetros de Bamako, las dificultades son las mismas de siempre”, escribe a la Agencia Fides la hna. Myriam Bovino, misionera de la Inmaculada Reina de la Paz .
“La pandemia también ha golpeado a Mali -continúa la religiosa - la prevención y concienciación de la población continúa, aunque lamentablemente hay muchos negacionistas y se hace difícil llevarla a cabo con criterio. Los casos, en relación a la densidad de población, no son muchos. En nuestro pueblo de 200.000 habitantes se registran uno o dos al día. En el centro de mujeres que gestionamos aquí en Kati hicimos mascarillas. Después del cierre por los disturbios que azotaron el país y el Covid, las escuelas habían vuelto a abrir, pero a causa de la segunda ola de la pandemia se han vuelto a cerrar. Aquí la gente vive en la calle y no se queda encerrada en sus casas, las actividades comunes como mercados y comercios no han parado, por ese el apostolado continúa también, con mascarillas. Tuvimos que suspender las lecciones de catecismo vinculadas a la escuela. Con menos frecuencia seguimos yendo al pueblo para hacer catequesis y animación a mujeres cristianas y no cristianas. Realizamos las actividades de nuestro centro profesional, perforación de pozos y cría de animales”.
“La escuela católica es muy frecuentada, no solo por los niños cristianos sino también por los musulmanes - prosigue la hermana Myriam - no tenemos subsidios para dar a conocer contenidos cristianos y empiezan a llegar algunas sectas. Las iniciativas de solidaridad de las mujeres se llevan a cabo junto con quienes las aceptan. Para los desempleados se intenta crear iniciativas de empleo, pero la inestabilidad del país dificulta que sean duraderas. Vemos que la violencia y la caza furtiva han aumentado. En anticipación a este Año de la Familia, los encuentros y los gestos de solidaridad se multiplicarán a favor de todos”, concluye la religiosa.
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