Malawi vive en tensión mientras espera que el Tribunal Constitucional de su veredicto el 3 de febrero sobre el recurso presentado por la oposición en las elecciones presidenciales del 21 de mayo de 2019, ganadas con un margen muy escaso por el presidente Peter Mutharika, en el poder desde 2014. Mutharika, ganó al segundo Lázaro Chakwera, líder del Partido del Congreso de Malawi , con solo 159,000 votos más. La oposición acusa al régimen de manipular los resultados de las elecciones presidenciales, en particular de corregir varios informes de las secciones de voto a su favor.
Por todo ello, el país espera febrilmente la decisión del Tribunal Constitucional, especialmente porque Malawi ha visto sucederse en los últimos ocho meses numerosas manifestaciones de la oposición, intercaladas con violencia contra las fuerzas de seguridad, en las que algunas personas han perdido la vida y varias propiedades han sido saqueadas.
Por temor a enfrentamientos violentos el 3 de febrero, las escuelas y las empresas han decidido permanecer cerradas en espera del fallo.
En este contexto, los obispos reafirman su petición de justicia, paz y respeto por el estado de derecho, subrayando que las personas más vulnerables son aquellas que viven en zonas rurales, donde ya se han registrado varias víctimas de violencia política.
"Creemos que nuestra petición de paz refleja la aspiración de la mayoría de las personas en este país, especialmente las mujeres y las personas vulnerables, como los niños y los ancianos, que a menudo son víctimas de la violencia política", dicen los obispos.
“Estamos profundamente consternados y molestos por los episodios de violencia con pérdida de vidas y, en particular, por las masacres de ancianos acusados de brujería o magia. La base de todo esto es el estado de ilegalidad y el desprecio por el estado de derecho en este país", se lee en la declaración.
Los obispos también denuncian la pobreza y el hambre que afligen a los ciudadanos de Malawi. “Continuamos viendo que hay pocos empleos y oportunidades económicas limitadas para los jóvenes. Las llamadas ganancias económicas que ha registrado el país no se han traducido en mejores niveles de vida para los pobres, especialmente en las zonas rurales donde las personas se están volviendo más pobres que antes".
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