“El dolor causado por la ausencia del p. Pier Luigi, después de un año y cinco meses de su secuestro, se hace sentir. Es una espina que sigue presente y duele mucho", escribe el P. Cainelli, quien agrega que "mientras tanto, durante la espera, han brotado hermosas flores de solidaridad y esperanza y de crecimiento en la fe”.
“Una de estas flores, nos la indica la Diócesis de Crema que, después del secuestro del Padre Pier Luigi, se reúne todos los meses para mostrar su 'esperanza paciente y persistente' en la fe, una flor de luz y fe, de perseverancia en la oración, de comunión profética, de la Iglesia en camino”.
“Nosotros, misioneros de la SMA - concluye el p. Cainell -, nos sentimos en comunión profunda con esta diócesis de la que es originario nuestro hermano de comunidad. Agradecemos sinceramente a su Obispo, Monseñor Daniele Gianotti, a la Oficina Misionera y a toda la comunidad diocesana, por habernos involucrado cada vez en estos momentos de oración, que nos alientan y nos consuelan en el sufrimiento, que nos hacen crecer como Iglesia, y que nos hacen compartir la misma misión y la misma esperanza”.
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