ASIA/UZBEKISTÁN - Fraternidad y oración con ancianos y enfermos
Tashkent - “El domingo pasado, en nuestra iglesia en Samarcanda, hicimos una fiesta en honor de Igor, uno de nuestros feligreses más ancianos, porque, después de pasar toda su vida en Uzbekistán, ha decidido regresar a su tierra natal, Polonia. Después de la misa, oramos por él y organizamos un pequeño momento de fraternidad para saludarlo. Para nosotros, Igor es una persona muy importante porque su abuelo fue uno de los iniciadores de la parroquia de Samarcanda, fundada hace 100 años, al igual que Tashkent" explica a la Agencia Fides el administrador apostólico de Uzbekistán, el padre franciscano Jerzy Maculewicz.
Este evento hace entender el estilo pastoral y de la presencia de los pocos sacerdotes y religiosos uzbekos, hacia la población: un estilo imbuido de "proximidad" y cercanía que se basa en tejer una relación humana auténtica y profunda. “En los últimos meses hemos tratando de hacer que nuestras comunidades parroquiales uzbekas sientan nuestra cercanía. Por ejemplo, con motivo del Día Mundial de los Enfermos, fui a Urgench, donde celebramos el sacramento de la unción de los enfermos, y me recibieron unas quince personas. Luego fui a la casa de tres fieles enfermos que no pueden asistir a la parroquia, rezamos juntos y les lleve la Eucaristía", explica el franciscano.
El mismo "Día de los enfermos" también se celebró en la ciudad de Tashkent. "Dado que el 11 de febrero cayó en martes y no todos los fieles podían participar en la misa, anticipamos las celebraciones al fin de semana anterior, celebrando juntos una adoración eucarística y la celebración comunitaria del Sacramento de la reconciliación. Posteriormente, celebramos misa con la unción de los enfermos, seguida de un momento recreativo con todos los presentes", concluye el sacerdote. Son pequeños detalles y momentos sencillos de la vida comunitaria que sirven para consolidar la pequeña comunidad católica y para dar un signo visible de la vida evangélica de acuerdo con el mandamiento ‘Os reconocerán por cómo os amáis’ explica el Administrador Apostólico.
En esta nación de Asia Central, la fe, reprimida durante el período soviético, renació gradualmente después de la disolución de la antigua URSS y experimentó un punto de inflexión en 2005: entre las Constituciones apostólicas preparadas por Juan Pablo II, la última, en orden cronológico, está fechada el 1 de abril de 2005 y tiene el nombre "Usbekistaniae". Con ese documento, emitido justo el día antes de su muerte, el Papa quería presentar la "Missio sui iuris" uzbeka a la Administración Apostólica, que había sido creada ocho años antes. Bajo la protección de San Juan Pablo II - elegido como patrón de la Iglesia Católica en Uzbekistán -, continúa viviendo y presenciando el Evangelio en un territorio variado desde un punto de vista económico, social y religioso. La presencia católica en Uzbekistán se compone de unos 3.000 bautizados, distribuidos en cinco parroquias.
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