Dakar - Los rebeldes del Mouvement des Forces Démocratiques de Casamance rechazan las acusaciones que les responsabilizan de la matanza de 13 jóvenes leñadores asesinados el 6 de enero en un bosque en esta región de Senegal.
El MFDC ha emitido una declaración condenando la masacre y rechaza cualquier acusación. Según el grupo rebelde, en el origen de la masacre se encontraría una disputa entre algunos cortadores ilegales de teca, una madera preciosa que abunda en Casamance. El MFDC pide “a las autoridades senegalesas que dirijan la investigación hacia algunos administradores y militares locales que están a cargo de una vasta red de corte clandestino y ventas ilícitas de teca”. “El MFDC continúa su apertura al diálogo con miras a una conclusión exitosa del conflicto de Casamance”, asegura el comunicado que reitera el compromiso con el diálogo entablado con las autoridades de Dakar y con la mediación de la Comunidad de Sant'Egidio.
Incluso antes de la declaración de MFDC, el gobernador de Ziguinchor, la capital regional, aseguró que la masacre “no afectará al proceso que ahora ha comenzado” y añadió que “hay una dinámica irreversible para seguir el camino de la paz”. La masacre se cometió después de la liberación por parte de las autoridades senegalesas de dos miembros del Frente Norte del MDFC. El movimiento independentista se ha dividido durante mucho tiempo en al menos dos facciones rivales: el Frente Norte, liderado por Salif Sadio, y el Frente Sur, de César Atoute Badiate. En un primer momento se pensó que la matanza de leñadores estaba vinculada a las rivalidades dentro del MFDC, en concreto, al intento de una de las facciones de hacer fracasar el acercamiento entre el Gobierno y la facción rival.
Casamance es una región de Senegal situada entre Gambia y Guinea Bissau, habitada principalmente por católicos en un país de mayoría musulmana. Desde 1982, el MFDC ha estado llevando a cabo una guerra de “baja intensidad” que busca la independencia de la región del resto del país. Después de varios intentos de mediación y divisiones internas en el movimiento secesionista, en 2017 las conversaciones de paz parecieron haber logrado un acercamiento a la facción de Salif Sadio. Los rebeldes de Casamance también han perdido un importante protector, el Presidente de Gambia, Yahya Jammeh, -expulsado del poder en enero pasado -, lo ha dado un nuevo impulso a la búsqueda de una solución pacífica a la crisis.
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