Nairobi - La protocatedral de Nuestra Señora de la Consolación en Marsabit, una iglesia católica en el norte de Kenia, en la frontera con Etiopía, ha sido saqueada durante las violentas manifestaciones por el arresto de un predicador musulmán. El saqueo se produjo el sábado 13 de enero, cuando el equipo especial de la policía arrestó al jeque Guyo Gorsa, acusándolo de tener vínculos con los somalíes Shabaab, pero sol ahora hemos tenido noticia de ello en la Agencia Fides.
Tan pronto como se supo del arresto del predicador, al menos 400 jóvenes salieron a las calles de la ciudad, tratando de impedir que el convoy de la policía donde estaba arrestado el jeque se marchase. Esto desencadenó enfrentamientos con la policía mientras los jóvenes asaltaron la estación de policía donde creían que el jeque Guyo Gorsa había sido detenido.
Los jóvenes bloquearon las calles y crearon barricadas con llantas incendiadas, desahogando su ira contra el vecino banco comercial de Kenia, que ha quedado destrozado.
“Cuando la policía los dispersó de allí, se dirigieron a la iglesia católica, y después de haber golpeado al guardián y destruido completamente la puerta, entraron al complejo, rompiendo las ventanas con piedras. Por suerte no consiguieron entrar en la catedral”, ha dicho el padre Ibrahim Racho, vicario general de la diócesis de Marsabit. También tres coches pertenecientes a la diócesis estacionados dentro del complejo de la iglesia han sido destruidos.
El padre Racho informa que la policía llegó a tiempo y dispersó a los alborotadores, pero esto no evitó que el saqueo y el vandalismo causasen grandes pérdidas y daños a la propiedad, especialmente a tiendas, hoteles y restaurantes.
Tres personas han sido asesinadas y otras han resultado heridas en los enfrentamientos. En el complejo de la protocatedral solo el guardián ha sufrido lesiones no letales.
El padre Racho ha explicado que no había tensión religiosa entre cristianos y musulmanes en Marsabit. “Antes de este episodio la coexistencia era pacífica, espero que lo que sucedió no derive de animosidad religiosa, sino solo de la ira de los jóvenes musulmanes por el arresto del jeque”.
El poder judicial ha dictaminado que permanecerá bajo custodia durante 30 días hasta que se completen las investigaciones sobre su persona.
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