Porto Velho - La visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado, más allá de las fronteras nacionales, es vista como una presencia en la Amazonia por parte de los indígenas y la Iglesia de la región. En ese sentido, se espera la llegada de pueblos indígenas de diferentes países, entre ellos una caravana de cien indígenas brasileños, que según Rose Padilha, Coordinadora del Consejo Indigenista Misionero , en la Amazonia Occidental, está siendo preparada desde hace un mes.
Acompañando a los pueblos originarios brasileños estarán presentes algunos obispos, entre ellos Monseñor Roque Paloschi, Arzobispo de Porto Velho, capital del estado amazónico de Rondonia, y Presidente del Consejo Indigenista Misionero . El prelado brasileño ha afirmado a la Agencia Fides que “el sucesor de Pedro viene justamente para un encuentro de hermano entre hermanos y hermanas de esta región y de modo especial él quiere oír a los pueblos originarios”, destacando que esta presencia del Papa Francisco puede “ayudar a nuestras Iglesias particulares a ensanchar el corazón en esa presencia junto a los primeros habitantes de las tierras amerindias”.
En la misma dirección se ha expresado Monseñor Joaquín Pertíñez, obispo de Rio Branco, quien en declaraciones a la Agencia Fides, ha dicho que “nos sentimos muy felices de poder recibir al Papa en nuestra realidad amazónica y sentir su gran preocupación por nuestros pueblos, por nuestra tierra, por la Amazonia, ya expresada en la Encíclica Laudato Si, convocando un Sínodo para la Amazonia y escogiendo Puerto Maldonado como centro de la región amazónica para tener ese encuentro con los pueblos indígenas de nuestra región”.
Junto con el Encuentro de Puerto Maldonado, el Presidente del Consejo Indigenista Misionero, resalta la importancia del Sínodo, que “va a ser un momento muy especial, como ha dicho el Papa, para encontrar nuevos caminos para la evangelización en esta región, para tener una presencia cualificada junto a los pueblos amazónicos, para que la Iglesia siempre sea más y más una Iglesia en salida, una Iglesia samaritana, una Iglesia acogedora y servidora, una Iglesia capaz de respetar las semillas del Verbo presentes en las culturas de esta región”.
Por último, el Arzobispo de Porto Velho encomienda este momento y los futuros trabajos de la Iglesia de la Amazonia a “María, la Madre de Jesús, venerada bajo tantos títulos en esta gran y encantadora región amazónica, que ella nos ayude a remar en los ríos y caños en la esperanza de ser fieles a Él que es Camino, Verdad y Vida” concluye.
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