AMÉRICA/PERÚ - El abrazo del Papa a los inundados del Niño Costero

Agenzia Fides Trujillo - “Vosotros habéis tenido que enfrentaros al duro golpe del 'Niño costero', cuyas dolorosas consecuencias todavía están presentes en muchas familias, especialmente en aquellas que aún no han podido reconstruir sus hogares. También para esto estoy aquí para orar con vosotros”. Estas han sido las primeras palabras de la homilía del Papa Francisco en la misa celebrada el sábado en la costa del Pacífico peruano, en Trujillo. Se refería a las inundaciones causadas por las tormentas tropicales “Niño costero”, que alcanzaron las costa del océano en Perú y Colombia entre diciembre de 2016 y mayo de 2017, causando al menos 141 muertes y daños a más de 600 mil personas. Para superar estas y otras duras circunstancias de la vida, el Santo Padre sugirió: “No hay otra via de salida que la del Evangelio, y se llama Jesucristo. Llenad siempre vuestras vidas del evangelio. Quiero exhortaros a ser una comunidad que se deja ungir por su Señor con el aceite del Espíritu. Él transforma todo, renueva todo, lo consuela todo”. Después de la Misa, el Papa recorrió el barrio emergente de Buenos Aires, uno de los más afectados, donde la Caritas local ha entregado 182 módulos temporales prefabricados. Esto fue posible gracias a las donaciones "de los hombres de buena voluntad" y el "trabajo oculto" de los voluntarios de Cáritas, como subrayó el arzobispo Miguel Cabrejos, en la última entrega. La directora adjunta de Caritas Trujillo, Myrena Silva, ha explicado a la Agencia Fides que hasta siete valles de la zona sufrieron violentas tormentas de aguas fangosas el 14 de mayo. En la costa del distrito de Buenos Aires, en las afueras de la capital, un tsunami anterior derivado del terremoto en Japón había cancelado por completo la playa para siempre, y los diques construidos después para contener el mar han causado la formación de un lago en el lado opuesto con el fango de las montañas, agravando enormemente la situación. “Muchas familias han perdido todo", dice Silva. "El agua arrastró los muebles, la ropa ... fuera de su casa ... ¡todo!" La gente rápidamente se desvivió para ayudar a las víctimas a encontrar comida y refugio, pero esto no podía durar para siempre, por lo que la Iglesia, mucho antes que el Estado, intervino, especialmente en las áreas más remotas, "donde nadie llegaba”, con la instalación de módulos prefabricados, inodoros y asesoramiento técnico a la comunidad para proyectos de reconstrucción. Después del “abrazo” a los que han sufrido las inundaciones, en Trujillo, el Santo Padre ha visitado la catedral, se ha reunido con los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas en el norte del país y ha rezado ante la amada Virgen de la Puerta en la plaza de Armas del centro de la ciudad.
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