Faisalabad - Es muy difícil para las iglesias cristianas en Pakistán cumplir con las nuevas directrices gubernamentales para proteger los lugares de culto, unas medidas reforzadas después del ataque en la iglesia metodista de Quetta antes de Navidad. También porque son las propias iglesias las que se deben hacer cargo de su propia seguridad con el coste que ello implica y que, muy a menudo, no pueden asumir las comunidades. “Hay muchas iglesias y capillas, grandes y pequeñas, en mi diócesis de Faisalabad. Se debe instalar en cada una de ellas un circuito cerrado de televisión, reforzar las puertas, levantar muros de protección con alambre de púas y comprar detectores de metales. Son una pesadilla de medidas”, señala con preocupación a Fides Bonnie Mendes, sacerdote y ex coordinador de Cáritas Asia. Ahora, de acuerdo con las regulaciones gubernamentales, los muros que ya contaban con una altura de 1,80 metros deben levantarse hasta los 3 metros. El padre Mendes apunta: “Dependiendo del tamaño de la iglesia, el coste de instalar todos estos sistemas es bastante alto. Hablamos de entre 200,000 y 300,000 rupias paquistaníes”.
Después del ataque a la iglesia Metodista de Quetta del 17 de diciembre de 2017 - cuando dos suicidas asaltaron el templo dejando 56 heridos y 16 muertos – el vicecomisario de Faisalabad solicitó la instalación de estos dispositivos de seguridad para las iglesias a la par que las fuerzs de seguridad vigilaran durante las celebraciones.
El padre Qaisar Feroz, párroco de la parroquia de San Antonio en Lahore asegura a Fides: “El año pasado compramos dos barreras y detectores de metal. Otro gasto importante fue el de poner vallas y alambre de espino. Nos ha ayudado la escuela de aquí al lado porque la parroquia no hubiera podido sufragar el gasto”. Karachi, una ciudad portuaria, tiene más de mil iglesias tanto católicas, como protestantes, pentecostales y de otras denominaciones. El arzobispo Joseph Coutts, de Karachi, en declaraciones a Fides indica: “Estoy muy agradecido a las fuerzas policiales de Karachi, siempre atentos y disponibles para garantizar la seguridad de nuestras reuniones, siempre pendientes de nuestra protección. Hemos dado a las fuerzas de seguridad una lista de todas nuestras iglesias católicas”.
El católico Naveed Anthony, ex consejero del primer ministro Sindh para las cuestiones relacionadas con las minorías religiosas, explica a la Agencia Fides: “El año pasado, gracias al Departamento de Asuntos Minoritarios e Informática, instalamos cámaras en varios edificios de culto de minorías, así como en las grandes iglesias de la ciudad. Fue una iniciativa del gobierno de Sindh, que está haciendo todo lo posible para proteger a las minorías religiosas”. En declaraciones a la Agencia Fides, el obispo protestante monseñor Khadim Bhutto, presidente del Consejo Episcopal de Pakistán, destaca que una de las sugerencias de las fuerzas de seguridad era “formar voluntarios para proporcionar seguridad a las iglesias”. Las comunidades cristianas han proporcionado una lista de 550 jóvenes voluntarios que serán entrenados por la policía y recibirán un certificado. Incluso los pastores protestantes han recibido las mismas disposiciones para garantizar la seguridad, lo que implica un desembolso económico que no siempre se puede asumir.
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