Kinshasa - “Don Robert Masinda sigue prisionero pero sabemos que está vivo y esperamos que pronto sea liberado” dice a la Agencia Fides Mons. Emmanuel Mwanapenzi Nyonyu, Vicario General de la diócesis de Butembo-Beni, en Kivu del Norte al este de la República Democrática del Congo.
Don Robert Masinda, parroco de Bingo, fue secuestrado el 22 de enero junto con otras 5 personas. “Cuatro de los colaboradores de Don Robert han sido liberados. Don Robert y el único colaborador aún no liberado permanecen en manos de los secuestradores”, dice el vicario general.
Los secuestradores parecen ser soldados que pretenden un rescate.
En un comunicado publicado en Kinshasa ayer, 23 de enero, la Conferencia Episcopal Nacional del Congo condena el secuestro de don Robert y de sus colaboradores y denuncia los varios secuestros de sacerdotes ocurridos en la zona, recordando don Charles Kipasa y don Jean Pierre Akilimali, secuestrados el 16 de julio de 2017 por unos hombres armados en uniforme militar en la parroquia Maria Reina de los Ángeles de Bunyuka, en la periferia de Butembo , que todavía están en manos de sus secuestradores, y los 3 padres asuncionistas, Jean-Pierre Ndulani, Anselme Wasikundi y Edmond Bamutute, secuestrados en su parroquia de Notre-Dame des Pauvres de Mbau, a 22 km de Beni . También en Beni, otro asuncionista, el p. Vincent Machozi que durante años denunció la explotación ilegal de Coltán, fue asesinado en marzo de 2016 .
“La CENCO exige la liberación inmediata de todos los prisioneros, y hace un llamamiento a las autoridades congoleñas y a la MONUSCO para que garanticen la seguridad de la población e identifiquen rápidamente a los autores de estos crímenes”, afirma el comunicado.
Su Eminencia el Cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, Arzobispo de Kinshasa ha denunciado la violenta represión de las manifestaciones convocadas por los laicos católicos el domingo 21 de enero . “Queremos que reine la fuerza de la ley y no la ley de la fuerza”, ha dicho el cardenal en una declaración a la prensa. Recordando a las víctimas de la represión, al menos seis muertos y varios heridos, el cardenal se pregunta: “¿Nos hemos convertido en una prisión a cielo abierto? ¿Cómo se puede matar a hombres, mujeres, niños y ancianos que cantaban canciones religiosas, sosteniendo biblias, rosarios y crucifijos?”.
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