Yamusukro - El sacerdocio que se vivía ayer no es el mismo hoy. Los tiempos han cambiado mucho y las exigencias son cada vez mayores. Las graves crisis económicas que sufren los países africanos hacen que la situación financiera y material de los sacerdotes locales sea precaria. Como no tienen empleo, viven de la caridad de los fieles, que a su vez se empobrecen cada vez más.
El padre Donald Zagore, sacerdote de la Sociedad para las Misiones Africanas , habla así a proposito del Congreso Extraordinario del clero marfileño que comenzó el 7 de julio y terminará el domingo 11 en Yamusukro.
«El debate que tiene lugar en la capital política del país - precisa el teólogo a la Agencia Fides - se ha establecido para abordar el problema de las condiciones económicas y materiales de los sacerdotes marfileños. Es un problema enorme que no sólo afecta a la Iglesia de Costa de Marfil, sino a toda África».
El sacerdote habla de una cadena de pobreza que cobra fuerza y ante la que hay que reaccionar con fuerza.
«En la actualidad, la Iglesia de Costa de Marfil está trabajando en un programa de equiparación nacional que permita a todos los sacerdotes del país tener un salario que evite las grandes diferencias entre los que viven en un evidente estado de precariedad y los que gozan de un lujo desenfrenado, además de promover y fomentar un espíritu de solidaridad entre las distintas diócesis».
«Es una iniciativa loable que hay que acoger con satisfacción y fomentar. Sin embargo, será necesario ir más allá para sentar las bases de una profunda reflexión sobre la teología sacerdotal en el contexto económico y político de África hoy», concluye Zagore.
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