Bkerké - Los Patriarcas de las Iglesias católicas presentes en Líbano declaran su cercanía a “los hermanos armenios en Nagorno Karabaj y Armenia, heridos en su dignidad y afectados por las consecuencias de la guerra con Azerbaiyán”. Esta manifestación de solidaridad ha sido expresada por la Presidencia del Consejo de Patriarcas y Obispos Católicos del Líbano, que se ha reunido el jueves 12 de noviembre en Bkerké, en la sede del Patriarcado maronita. A la reunión han asistido el Patriarca maronita Bechara Boutros Rai, el Patriarca siro católico Ignace Youssif III Younan, el Patriarca greco católico melquita Youssef Absi y el Patriarca armenio católico Krikor Bedros XX Ghabroyan. En el mensaje difundido al final del encuentro, los Patriarcas recuerdan a las víctimas del conflicto y el sufrimiento infligido a la población civil, instando a la intervención de la ONU para resolver los factores de discordia que han alimentado el conflicto en esa zona del Cáucaso durante décadas. “Renovamos nuestra confianza en la sabiduría y la unidad del pueblo armenio”, escriben los Patriarcas “y rogamos a Dios que los apoye en su situación”.
A última hora de la tarde del lunes 9 de noviembre, tras 6 semanas de conflicto, los líderes políticos de Armenia y Azerbaiyán firmaron la tregua para el alto el fuego en Nagorno Karabaj, alcanzada con la mediación decisiva del presidente ruso Vladimir Putin. Para muchos armenios, las condiciones firmadas para alcanzar el alto el fuego, representan una verdadera capitulación, como ha declarado a la Agencia Fides Boutros Marayati, arzobispo católico armenio de Alepo . El acuerdo prevé el despliegue de fuerzas de paz rusas a lo largo de la línea del frente y la protección del corredor que une Karabaj con Armenia. A principios de diciembre, las tropas armenias deberán retirarse de los territorios ocupados en el momento del alto el fuego.
El Consejo de la Presidencia de los Patriarcas reunido en Bkerké también ha emitido una circular con indicaciones dirigida a las parroquias, ante el encierro generalizado de dos semanas ordenado por las autoridades libanesas para la segunda quincena de noviembre, en un intento por frenar la nueva ola de contagios por COVID -19. Por ahora no se suspenderán las misas en las iglesias, pero se regulará el acceso tanto a las celebraciones litúrgicas entre semana como festivas para asegurar el distanciamiento social, y se suspenderán todas las demás reuniones previstas en los lugares de culto y en los locales anexos a las parroquias.
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