Nuakchot - “Ante el resurgimiento del fenómeno de la migración irregular en algunos de nuestros países, con numerosas víctimas en las últimas semanas, expresamos nuestra compasión y cercanía por el dolor de las familias en duelo. Rezamos por los desaparecidos y por sus seres queridos”, aseguran los obispos de la Conferencia Episcopal de Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea-Bissau en la declaración emitida al final de su asamblea plenaria celebrada en Nouakchott, en la República Islámica de Mauritania, del 9 al 15 de noviembre.
Los obispos de los cuatro países de África Occidental reiteran su preocupación por la situación y el futuro de los jóvenes africanos. Según ellos, a pesar de los esfuerzos realizados para mejorar su condición social y económica, la situación sigue siendo muy crítica para un gran número de jóvenes. En consecuencia, instan a los distintos gobiernos a continuar sus esfuerzos para brindarles soluciones satisfactorias.
Además del fenómeno de la inmigración ilegal, los obispos expresaron su preocupación “por el tema de la seguridad en nuestros países y en nuestra subregión”. Señalan, “un aumento gradual de la violencia basada en ideologías que predican la exclusión y la intolerancia por motivos de religión, origen, cultura, etnia o afiliación política”. Para contrarrestar este peligroso fenómeno, los obispos invitan a las poblaciones a una mayor apertura, tolerancia, diálogo. Instan a las autoridades a tutelar y promover la justicia, la equidad, la paz y la cohesión social.
Ante la persistencia de la pandemia de coronavirus, los obispos finalmente invitan a las poblaciones a actuar con cautela y perseverancia en el cumplimiento de las normas sanitarias decretadas por las autoridades competentes. Además, piden a los gobiernos que hagan todo lo posible para preservar la salud y la vida de los ciudadanos. Al mismo tiempo, instan a sus respectivas Cáritas a continuar su notable trabajo, con el apoyo de sus socios, para ayudar a las poblaciones más vulnerables.
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