Karachi - El Tribunal Superior de Sindh ha ordenado que la menor católica Arzoo Raja, -secuestrada, convertida al islam y sometida a un matrimonio forzado -, permanezca en la casa tutelada dirigida por los servicios sociales de gobierno. En la audiencia de hoy, 23 de noviembre, el juez no permitió que la niña regresara con su familia de origen, pero ordenó que permaneciera en la estructura gubernamental. Si por un lado la decisión la separa definitivamente del torturador que la había secuestrado, el hecho de que la niña no regrese a la casa donde nació genera desasosiego entre los católicos. La familia de Arzoo, de acuerdo con los abogados, apelará al Tribunal Supremo de Pakistán para obtener la custodia de la niña.
El abogado musulmán Jibran Nasir, contratado por los padres de Arzoo Raja para seguir el caso, explica a Fides que “el Tribunal Superior de Sindh rechazó las apelaciones presentadas por Azhar Ali, el secuestrador de Arzoo Raja. Los documentos afirmaban que el matrimonio era legal, que la custodia de la niña pertenecía a su esposo y que todos los cargos contra Azhar Ali debían ser cancelados. Cabe señalar que no se tomó ninguna decisión a favor del secuestrador”.
El abogado Nasir continúa: “El tribunal, en la audiencia anterior, declaró ilegal el matrimonio y mantuvo abiertos los cargos presentados en el First Information Report contra Azhar Ali. Tras la audiencia de hoy, aplicando el artículo 375, párrafo 5 del Código Penal de Pakistán, el Tribunal validó las denuncias de violación de una niña menor de 16 años, delito que puede ser castigado con cadena perpetua o con la pena de muerte”.
El abogado añade: “El Tribunal ha confirmado que Arzoo permanecerá en el hogar de acogida y ha ordenado al Ministerio del Interior de Sindh que nombre a una persona del Departamento de Atención Social que examinará a Arzoo para que reciba atención psicológica y para que retome sus estudios. Es un paso adelante porque Arzoo está a salvo. Ahora haremos todo lo posible y presentaremos un recurso ante el Tribunal Supremo para que la niña vuelva a vivir con sus seres queridos”.
El padre Saleh Diego, vicario general y director de la Comisión Justicia y Paz de la archidiócesis de Karachi se expresa así tras la sentencia del Tribunal Superior de Sindh: “Esperábamos que Arzoo fuera confiada a la familia. Ha habido casos en el pasado en los que las hijas menores de edad han sido devueltas a la familia. El juez ordenó a Arzoo que permanezca en el hogar de acogida todo el tiempo que quiera. Seguimos pidiendo al poder judicial que confíe la custodia de la menor a sus padres”.
“El tribunal debe considerar que se trata de una menor, que ha sufrido un trauma violento y está bajo presión tras su secuestro, conversión forzada y matrimonio con el hombre que la violó. . Pedimos el pleno respeto de nuestros derechos como ciudadanos pakistaníes”, concluye el sacerdote.
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